«Le dejo el terreno regalado a quien lo trabaje, me duele que se pierda con las patatas que daba»

m.?h. PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

Carmen y su marido, que viven en Raxó -Poio-, eran de los que estaban a pie de leira día sí y día también.

26 mar 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Carmen y su marido, que viven en Raxó -Poio-, eran de los que estaban a pie de leira día sí y día también. Ponían patatas, maíz o repollos. Trabajaban con ahínco las tierras tanto para abastecerse ellos como «para darlle aos fillos» o mantener a los cerdos que solían criar. Pero ambos empezaron a tener achaques de salud y su trabajo a pie de campo tuvo que ir disminuyendo. «Agora soamente traballamos un cachiño que temos cerca da casa... o resto xa nada». Sin embargo, a ambos les duele en el alma ver que sus fincas pueden acabar llenas de maleza y a monte. Así que Carmen se puso manos a la obra para tratar de que alguien continúe cultivándolas: «Le dejo el terreno gratis a quien lo trabaje, me duele que se pierda con las buenas patatas que da», cuenta.

Carmen anunció su finca. Y le llamaron varias personas interesadas en trabajarla. «Pero al final no se animaron porque decían que les quedaba muy lejos. Es una pena que haya gente pasando hambre y que haya fincas paradas como esta, en la que nosotros poníamos maíz, patatas o lo que fuese». No es la primera vez que buscan quien cultive sus terrenos. Ya tienen algún otro cedido. ¿No pensaron en alquilarlo en lugar de cederlo gratis? «Si ni regalada te quieren la tierra no tiene sentido intentar cobrar. Yo, desde luego, la cedo gratis». Cuenta que el terreno en cuestión mide unos 500 metros cuadrados y tiene servicio de agua.

Carmen echa la vista atrás, y reflexiona: «Ahora se regala la tierra y yo recuerdo el trabajo que pasaba mi madre para pagar el arriendo de fincas. Eran otros tiempos, a veces no te cobraban si se la dejabas bien abonada para que el dueño la plantase».