La Fundación Juan XXIII ampliará su centro de promoción del empleo

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

De izquierda, Chapela, Lores, Magín Alfredo Froiz y la concejala Carme Fouces, ayer en el Concello.
De izquierda, Chapela, Lores, Magín Alfredo Froiz y la concejala Carme Fouces, ayer en el Concello. s.b.< / span>

El Concello cederá una parcela municipal para acoger la nueva instalación

09 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Fundación para a discapacidade e o emprego Juan XXIII podrá ver cumplida su aspiración de ampliar las instalaciones que dedica a promover la empleabilidad de discapacitados intelectuales. Lo hará gracias a la cesión de una parcela municipal de algo más de 4.600 metros cuadrados en Campolongo, entre el IES Torrente Ballester y el colegio de la ONCE. Se trata de un terreno conocido como «A Corva», que en su día fue propuesto por el Concello como sede del Archivo Histórico. Sin embargo, el Ministerio de Cultura nunca llegó a aceptar la propuesta municipal para trasladar el archivo ubicado en Paseo de Colón.

Hace unos meses, la Fundación Juan XXIII planteó la posibilidad de disponer de una parcela para ampliar su centro de empleo, y obtuvo una respuesta favorable del Concello. El alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), dio orden ayer de iniciar el expediente de cesión del terreno, un trámite que él mismo estimó que podría llevar entre cuatro y seis meses. Lores hizo el anuncio tras reunirse con la directiva de la fundación, con su director-gerente, Diego Chapela, al frente. Al encuentro asistieron también vocales del patronato, como Magín Alfredo Froiz y Carmen Puga.

La fundación nació en mayo del 2007 con el fin de dar un marco jurídico a los planes de la asociación Juan XXIII para impulsar programas de empleo destinados a la integración y mejora de las capacidades de discapacitados intelectuales, que se habían iniciado veinte años antes con la apertura de un quiosco en Montecelo al que siguieron otros. En el 2007, la fundación generaba ocho puestos de trabajo entre personas con discapacidad intelectual, y en la actualidad son ya una treintena los trabajadores fijos, tanto en quioscos como en proyectos de jardinería.

Pero el crecimiento de los planes de empleo de la Fundación, que mantiene dos líneas de empleabilidad que son los quioscos y la jardinería, choca con el espacio limitado del que dispone en la sede de Juan XXIII, ubicada en la calle Eduardo Blanco Amor.

Diego Chapela explicó que con la cesión de la parcela por parte del Concello de Pontevedra, la Fundación podrá habilitar aulas homologadas y espacios destinados a la formación, oficinas, vestuarios, aseos y duchas, un almacén, un taller de jardinería, espacio para reuniones y locales para maquinaria y vehículos.

Una vez que se formalice la cesión por parte del Concello, la Fundación tendrá que presentar el proyecto arquitectónico y pedir licencia para la ejecución del edificio. Sobre la financiación, Chapela confía en que puedan disponer de ayudas públicas y también de recursos propios, ya que todos los ingresos que obtiene la Fundación se reinvierten en la misma.

La entidad da empleo a 30 personas, de las que 25 padecen alguna discapacidad

La Fundación Juan XXIII tiene dos líneas de empleo, que son el área de quioscos y el de jardinería. Los primeros dan empleo en la actualidad a siete trabajadores con discapacidad, de los que cinco son contratos indefinidos a jornada completa. Estos atienden las instalaciones de Juan XXIII en los hospitales Montecelo y Provincial.

Con respecto a los proyectos de jardinería, actualmente cuenta con veinte trabajadores (18 de ellos discapacitados), que desarrollan su trabajo tanto para Administraciones públicas -como los concellos de Pontevedra, Marín, Poio, Ponte Caldelas y las consellería de Traballo y de Sanidade-, como para clientes privados, mayoritariamente comunidades de vecinos y juntas de montes.

Con las tres personas que trabajan en la gestión de la propia Fundación, son 30 los empleos que genera la entidad, que en verano llegan a ser 36 gracias a contratos temporales. Diego Chapela, que destacó el salto que ha dado la Fundación desde los 11 empleados del 2007 a los 30 de la actualidad, señaló que la ampliación de las instalaciones permitirá explorar otros nichos de empleo para el colectivo de personas con discapacidad.

Además de los empleos directos, la Fundación también presta servicios de asesoramiento laboral fomentando planes de empleo con apoyo para inserción de trabajadores en empresas, así como preparando a personas discapacitadas para exámenes y oposiciones convocadas por las Administraciones públicas.