«O xeito non fai mal a nadie, non sei por que o querían quitar en Europa»

POIO

RAMON LEIRO

La bajura de la ría recibe con satisfacción el freno que Bruselas dio el miércoles a su intención inicial de prohibir el tradicional arte de pesca

12 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un suspiro de alivio recorrió ayer la ría de Pontevedra tras la decisión de Bruselas de congelar el veto del xeito. El resultado final de la UE pendía como una espada de Damocles sobre la frágil economía de la flota de bajura pontevedresa. Un peligro que la larga lucha del sector, la Xunta y la eurodiputada del BNG Ana Miranda han logrado conjurar al menos en esta ocasión. La Comisión Europea reconoció formalmente que la inclusión de este arte en las prohibiciones que quiso aplicar la excomisaria María Damanaki fue un error. Es un veredicto que toda la pesca gallega celebra porque la gestión de Damanaki fue funesta al frente de su departamento. La griega fue más que una comisaria de Pesca un verdugo para la flota gallega. Véase lo que pasó con los cefalopoderos de Marín que faenaban en Mauritania, por ejemplo.

Entre los puertos de Portonovo, Combarro y Marín hay algo más de una quincena de embarcaciones que se dedica a esta pesca, con una media de dos tripulantes por barco. El xeito está salvado, al menos por ahora, y esta es una noticia muy buena para un sector que no cesa de llevar palos de todos los lados desde hace años.

El patrón mayor de Portonovo y presidente de la federación provincial de cofradías, José Antonio Gómez Castro, manifestó su satisfacción con la decisión de Europa. «É o que buscábamos todos», resaltó. Y es que en la protección del xeito todo el sector gallego, dividido en muchas cuestiones, fue unánime. No causa destrozos en el fondo marino, no pone en peligro a ninguna especie y su veto dejaría en una situación muy delicada a muchas familias, en un sector al que las tijeras no han dejado de cortarles sus fuentes de ingreso desde hace varias décadas.

El puerto de Combarro, en Poio, sería el más afectado por una hipotética prohibición del xeito, que era la intención inicial de las instituciones europeas y que ahora se ha quedado sobre la mesa. Más de la mitad de los barcos que se dedican a este arte tienen su base aquí y están adscritos a la cofradía de pescadores de Raxó. Su patrón mayor, Iago Tomé, fue contundente a la hora de defender la actividad cuestionada. «O xeito é unha arte que non fai mal a nadie, é un arte moi respectuosa co mar e moi selectivo, que non fai dano e non sei por que a querían quitar». La decisión que inclina la balanza a favor de esta forma de pesca artesanal se conoció el pasado miércoles, pero Tomé destacó también la preocupación que se hizo vivir a muchas familias de la comarca. «A xente esta coa incertidume do que ía pasar, porque é unha arte moi arraigada neste oficio», concretó.

A bordo del Novo Gardel, en Combarro, José Ángel Pérez es uno de los que se vio directamente afectado por la polémica. Su barco es uno de los xeiteiros de la ría y uno de los armadores que ahora podrá dormir mejor.

Desde su punto de vista, la decisión de la UE fue «o máis lóxico, porque o xeito é unha das artes máis respectuosas co mar». Este armador lleva trabajando en el puerto desde los 16 años e incidió que la malla es selectiva, «non colle outra cousa que non sexa sardiña».

El fin del veto al xeito es una de las pocas noticias buenas de un año, el 2015, que califica de «complicado», que se ha caracterizado por «moi pouca cuota» y que no está siendo bueno en capturas.