El violín, al alcance de los más pequeños

Alfredo López Penide
López Penide POIO / LA VOZ

POIO

CAPOTILLO

Un músico oriundo de Poio, Mario Diz, está detrás del primer método de enseñanza de violín para niños de corta edad que se publica en Galicia: «La idea surgió de la necesidad»

02 feb 2015 . Actualizado a las 12:09 h.

¿Cómo se enseña a un niño de 3 años que un violín tiene cuatro cuerdas que se llaman sol, re, la y mi? Esa fue la pregunta que hace unos años se hizo el músico Mario Diz (Poio, 1981) cuando observó que tenía que dar clases a alumnos cada vez más pequeños y es la pregunta que tiene ahora su respuesta en Mi primer violín, el primer método de enseñanza de este instrumento musical dirigido a niños de corta edad que ve la luz en Galicia.

Lo cierto es que, dirigida al público que se dirige, Mario Diz se tuvo que salir de lo que es el canon de una publicación musical al uso. Acompañado de ilustraciones de la viguesa Erika González Eguía, el autor optó por emplear «dos métodos asociativos entre personajes y colores, de tal modo que estos representan notas y los primeros cuerdas».

Así, «sol» aparece transformado en oso y «mi» es un pájaro, mientras que las dos restantes notas son sus hogares, una casita y un árbol. Echando la vista atrás al momento en el que este libro -dividido en dos volúmenes, uno de ellos para profesores y padres a modo de guía-, el pontevedrés reconoce que «la primera idea fue asociar personajes y cuerdas. Además, deliberadamente asocie al oso gordo con la cuerda más grave y el pájaro, que es cantador, representa la cuerda más aguda».

No es esta la única estrategia que emplea Mi primer violín para tratar de atraer y mantener la atención de los pequeños. Este libro, además de que se puede colorear, «tiene una historia narrativa. Se puede leer como un cuento».

Tal y como reconoce Mario Diz, su obra es fruto de la necesidad. De buscar y no encontrar un método de enseñanza que adaptase a lo que buscaba. Al no hallarlo, decidió inventarlo: «La conceptualización no es fácil porque está dirigido a niños con posibilidad de empezar a partir de los 3 años, que es algo que tiene sus complicaciones. He hecho mucha labor de investigación, de trabajo de campo, he hablado con psicólogos para tratar temas de psicomotricidad...».

En su mente siempre tiene presente aquel momento en el que, por primera vez, tuvo delante de él a alumnos de muy corta edad. «No sabía cómo explicarles no ya solo como coger el violín, sino como trasladarles la parte más intelectual de la música, cómo llegar a conseguir que entiendan que unas notas se tocan en un lugar determinado. Un niño que casi no sabe leer letras, música es mucho más difícil».

Fue una madre aficionada a la música y que, incluso, la había estudiado la que puso en manos de Mario Diz a su hija de 3 años con la intención de que el pontevedrés, que en la actualidad es profesor en la escuela municipal de Santiago, le acompañara en sus primeros pasos con el violín: «En aquella primera clase -rememora-, me llevé las manos a la cabeza, pero la niña se portó muy bien y ya te engancha».

Una vez establecido el concepto del libro, en el que pontevedrés plasma sus propias composiciones musicales como ejercicios para los alumnos, vino la cuestión de buscar una editorial que publicase el libro. Al parecer, varias firmas madrileñas se interesaron por el proyecto, pero siempre acababa apareciendo algún problema, el principal, las objeciones a sacar dos volúmenes.

«Siempre había un pero y, al final, acabas siendo emprendedor». Mario Diz sintetiza con estas breves palabras otro de los logros de

Mi primer violín

. Y es que, su libro ha sido el germen, el empujón, para que surgiera una nueva editorial, Mu-si-ca, que se va a especializar en materiales de innovación musical.

La primera vez que enseñó a un niño, el autor se llevó las manos a la cabeza

El pontevedrés no halló un método adecuado, por lo que decidió crear uno propio

Con el libro nació una editorial especializada en innovación musical