«El maltratador tiene que sentir en el cogote el aliento del guardia civil»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

MORAÑA

RAMON LEIRO

El responsable del instituto armado reconoce que le impactó «la muerte de las dos niñas de Moraña»

06 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras más de un año al frente de la Guardia Civil de Pontevedra, el coronel Miguel Estévez Lara (Madrid, 1960) reconoce que, «a nivel delictivo, afortunadamente los niveles de criminalidad han descendido y, al mismo tiempo, han aumentado los índices de hechos esclarecidos. Esto no quiere decir que nos conformemos. Somos muy autocríticos y siempre queremos, los guardias y yo mismo, que la seguridad ciudadana en Pontevedra sea cada vez mejor. Ese es mi objetivo número uno».

-Sin embargo, en ocasiones, estos datos contrastan con la sensación que uno tiene, sobre todo si ha sido víctima de un delito, de inseguridad, ¿no? ¿Esta inseguridad subjetiva se puede combatir de alguna manera?

-Es una buena pregunta. Es verdad que, a pesar de que tenemos unos altos índices de hechos esclarecidos y que ha bajado la delincuencia, a veces es difícil explicar a una víctima que la seguridad ciudadana va a mejor. Es como quien dice que las cifras macroeconómicas están muy bien y luego las microeconómicas, las de las familias, no van tan bien. Además, no cabe duda de que los delitos cometidos por multirreincidentes, donde desgraciadamente, y lo tengo que recalcar, no tenemos la fortuna de que puedan ingresar en prisión aunque sea por una temporada pequeña, hasta cierto punto generan una sensación de hastío en la gente. En todo caso, ponemos todos los medios a nuestro alcance, somos muy autocríticos, no somos complacientes y siempre procuramos que la población tenga una sensación de confianza hacia la Guardia Civil. El hecho de que, año tras año, seamos la institución mejor valorada nos tiene que llenar de fuerza.

-Curiosamente los dos hechos, por así decirlo, más graves ocurridos este año en el ámbito de actuación de la Guardia Civil de Pontevedra han sido cometidos, supuestamente, por personas sin antecedentes. Me refiero al crimen de las dos pequeñas de Moraña y a la reciente muerte de un vecino de Ponte Caldelas.

-Efectivamente. Tanto a mi como al resto de guardias, nos ha impactado la muerte de las dos niñas de Moraña. El propio padre, la persona que tenía que velar por la seguridad de ambas, las había matado. No quiero olvidar la detención rapidísima en Soutomaior del individuo que mató a una chica en Ponte Sampaio o el arresto también rápido, si bien la verdad es que el hombre se entregó, en Ponte Caldelas. El tema de Moraña fue algo terrible...

-¿Nunca se acostumbra uno?

-Jamás. En este caso, eran dos criaturas, pero todo lo que es violencia de género lo rechazamos y tratamos de estar siempre pendientes de las mujeres maltratadas, pero también de los agresores y del cumplimiento de las órdenes de alejamiento.

-¿Cuales son los principales indicadores delictivos que se manejan para Pontevedra?

-Los delitos contra la propiedad es donde más nos fijamos porque son los más frecuentes, son los que están más a la orden del día. Luego, todo, absolutamente todo, lo relacionado con la violencia de género es algo prioritario. Se podría decir que es una obsesión, ya no solo porque tenga dos hijas y tenga esa sensibilidad, sino que es algo que está marcado a sangre y fuego en todos los guardias civiles. También estamos muy pendientes de otros parámetros, como la seguridad vial, el narcotráfico... Pero fundamentalmente los delitos contra las personas y contra la propiedad es donde más énfasis ponemos.

-A título personal, tengo la impresión de que en la mayor parte de los delitos, ya sea el tráfico de drogas, los robos o los medioambientales, se está ganando la partida, pero no así en la violencia sexista. ¿Estoy errado?

-Bien. Los crímenes machistas es algo que es repulsivo y, como hombre, siento vergüenza ajena de que haya otros que tengan el valor, valor entre comillas, de coger un cuchillo y un objeto contundente y matar a una mujer desde una posición de superioridad. Pero, de verdad, se pone toda la carne en el asador. No podemos tener un guardia encima de cada mujer, pero la sensibilidad es enorme, se hacen seguimientos, se está encima del agresor. El maltratador tiene que sentir en el cogote el aliento del guardia. Tenemos que evitar, en la medida de lo posible, este tipo de violencia.

-A punto de concluir el año, ¿qué retos se presentan en el 2016?

-Diría, tres retos. La seguridad ciudadana de los pontevedreses, que es mi obligación y de todo el personal que depende de mí; las condiciones de vida, laborales y personales, de mis guardias, los acuartelamientos, sus medios para trabajar, su seguridad...; e incidir y, si cabe, dar un plus a todo lo que es la violencia de género para evitar que tengamos estos sucesos que me rompen el alma, casos como el de Moraña o los que ocurren en Pontevedra y el resto de España. Es algo vergonzoso. Son unas cifras que no tienen calificativo.

-En todo caso, ¿no parece que la solución sea solo policial?

-No. Es algo que tiene que implicar a todas las administraciones, empezando por la educativa. Es una cuestión social, por eso me gustaría resaltar la importancia que tiene la colaboración ciudadana, pero no solo para estos hechos sino para esclarecer toda clase de delitos.

Miguel Estévez Lara coronel de la guardia civil DE Pontevedra