Así comienza la Salve Marinera, el himno de la Armada española interpretada por todos los marinos y marineros en honor a su patrona, la Virgen del Carmen. Hoy es su fiesta.
Fue cantada por primera vez en 1870. Consistía en un par de estrofas de una zarzuela popular, aunque pronto se convirtió en una oración laica a la Virgen, que sonó como un himno viril por todos los mares.
Galicia tiene 1.498 kilómetros de costa, el litoral más largo de todas las autonomías peninsulares. Una región que hizo del mar su despensa y su camino. Su flota es uno de los orgullos mas unánimes en la tradición marinera gallega. Las naves dedicadas a la pesca del día, al cerco; nuestra flota bonitera, la de arrastre, la que faena en el Gran Sol, en las costas africanas; los barcos bacaladeros, las grandes naves pescadoras con base en Sudáfrica, en Namibia o en las Malvinas, en los caladeros del Pacífico, las humildes lanchas do xeito, tripulaciones que tienen en la Virgen del Carmen, en la virgen de julio, a su patrona, a la capitana que guía sus singladuras y es quien pone la calma en las tormentas, y libra a los marineros de la zozobra mortal en los naufragios.
En estos días de mediados de julio, la costa gallega está de fiesta. Camariñas y Bueu, Viveiro y Cariño, Marín y Rianxo, Vigo y A Coruña, Moaña y Foz, A Illa y Sada, y así un censo plural de villas que a lo largo de todo el litoral gallego festejan a su patrona con verbenas y procesiones que son el altar marinero de la estrella de los mares, Stella Maris.
Estoy convencido de que la Virgen del Carmen es una de nosotros, es gallega, vive en nuestras devociones y advocaciones más íntimas, nunca se va de nuestro lado, es, emulando el viejo eslogan electoral: gallega como tú. Quizás de ahí le venga nuestro afecto.
Quienes nacimos en la orilla de la mar y tenemos o tuvimos una abuela, una madre, una hermana y dos cuñadas que llevan el mismo nombre: Carmen. Situamos la rosa de los vientos orientada a ese norte del 16 de julio, mientras las suaves brisas nos traen estrofas de la oración de la noche que los marineros de la armada cantan a bordo: «Tú que dispones de cielo y mar, y haces la calma y la tempestad…», y seguimos navegando la vida en búsqueda de un puerto seguro. Estrella de los mares.