La herencia inesperada de un estanco en Marín

Marcos Gago Otero
marcos gago MARÍN / LA VOZ

MARÍN

Benedicta Dopazo y su hija Amalia Pidre, en el estanco Pampillón, en Marín, cuya familia regenta desde 1904
Benedicta Dopazo y su hija Amalia Pidre, en el estanco Pampillón, en Marín, cuya familia regenta desde 1904 AINHOA LÓPEZ

El cartel de la fachada lo deja bien claro: «Tabacos desde 1904», y es que el local que la familia de Amalia Pidre regenta desde hace tres generaciones es uno de los comercios más antiguos de todo el municipio

02 jun 2022 . Actualizado a las 20:26 h.

Los marinenses lo conocen como el estanco de Pampillón, en la rúa do Sol. El nombre no es común, pero no es un apodo como piensan muchos de sus vecinos. Es el apellido de sus primeros propietarios que lo abrieron en los últimos años del siglo XIX. Un tiempo después, cuando los Pampillón fallecieron sin hijos, en 1904, se lo dejaron en herencia a la mujer que los ayudó en su vejez, María Dopazo. Fue una herencia inesperada de la que han participado ya tres generaciones de la misma familia. Ahora su titular, Amalia Pidre Dopazo, lo ha modernizado y diversificado para afrontar mejor los retos del siglo XXI.

Serafín Tobío era sacerdote en Marín y daba clases en el colegio San Narciso cuando el centro educativo estaba en lo que hoy es el parque Eguren. Como no había vivienda parroquial, se alojaba en uno de los pisos de la casa de los Pampillón que ya regentaban el estanco en el bajo de su edificio en los años del cambio de siglo. Enfermo de gravedad, el cura llamó a su lado a una sobrina suya, María Dopazo Tobío, que se ocupó de cuidarlo. Tan buena impresión causó María que «cuando murieron los Pampillón le dejaron el estanco y la casa a esta hermana de mi abuelo y así en 1904 pasó a mi familia», relata Amalia. Los propietarios originales «no tenían familia y como estaba con el tío y les ayudaba a ellos, quisieron dejárselo en herencia».

Gestión a cargo de José Dopazo

María pudo ocuparse poco tiempo de su negocio porque muy pronto empezó a desarrollar una demencia que la inhabilitaba para atenderlo. «Entonces vino mi abuelo, José, que era el único hermano que tenía, a echarle una mano a ella como hermana y a ayudarle también en el negocio», precisa Amalia. Cuando María falleció, la propiedad pasó a su hermano, que lo dirigió hasta su jubilación en mayo de 1972.

De esta forma, hace este mes cincuenta años la propiedad la empezó a regentar la hija de José y madre de Amalia, Benedicta Dopazo Pérez. Ella se convirtió en uno de los rostros más conocidos de la villa porque sucesivas generaciones de marinenses han seguido pasando por este establecimiento para comprar cajetillas y puros, el periódico, revistas o alguno de los productos que se ofrecían en las estanterías, porque este local siempre fue algo más que una mera expendeduría de tabaco. La Voz de Galicia es una de las cabeceras que siempre se ha podido adquirir en el estanco de la rúa do Sol.

«Tenía un poco de todo, porque podías comprar lejía, velas para el cementerio, cirios y la prensa. La prensa siempre la hubo, no solo tabaco», recuerda Amalia al rememorar los años de su infancia.

El tabaco en los años setenta era fundamentalmente de fumar y de mascar. En la actualidad la gama de productos de la sección de tabacalera se ha multiplicado. «Ahora tenemos tabaco de liar, de fumar, es decir, convencional, también de mascar y después las pipas de agua y el cigarrillo electrónico», enumera Amalia.

Benedicta Dopazo se jubiló en julio del 2012 y su puesto al frente del estanco pasó a la tercera generación de la familia, su hija Amalia Pidre, nieta de José Dopazo, que lo ha visto diversificarse, como una fórmula para poder mantenerse, porque la sociedad ha cambiado mucho y tanto la legislación sobre el tabaco como los gustos y costumbres de la clientela también.

Cambios sociales

Las restricciones para el uso del tabaco en locales hosteleros, terrazas y centro de trabajo han hecho su mella, pero el estanco de Pampillón sigue ahí, como uno de los ejemplos más veteranos del comercio marinense. Hoy en día el tabaco de liar disfruta de la predilección de muchos clientes porque, entre otras cosas, es «más barato que el convencional y haces muchos más cigarrillos». También existe una amplia oferta de sabores, clases de papel y de velocidad de combustión.

Una de las nuevas líneas de venta que impulsó Amalia es el sector de la papelería, como libretas y bolígrafos. «Hay mucha demanda también de las tarjetas para la compra por Internet, para jugar, para la Play, o tarjetas regalo para, por ejemplo, un balneario o un hotel», comenta. Asimismo, disponen de una aplicación que permite hacer como una especie de cajero de ING Direct, a cambio de una compra mínima, que los clientes de esta entidad. Además, el estanco de la rúa do Sol es punto de recogida de paquetes de Seur y Amazon.

La gama de los productos también se percibe en las estanterías donde se distribuyen licores, artículos de fumador, juegos de mesa, camisetas de Reizentolo y chuches.