Los jóvenes bailarines han cosechado en poco tiempo logros que nadie sospecharía. Participaron en la final de la Youth America Grand Prix, en Estados Unidos. Con una coreografía hecha por el propio Diego y con muchas horas de esfuerzo, volvieron a sus hogares con dos premios en baile contemporáneo —un segundo y un tercero—. Ganar en Miami fue como conseguir un óscar. Es el certamen juvenil de baile más importante del mundo.
Ahora, estos jóvenes marinenses siguen adelante. Practican sus horas, lo compaginan con sus estudios y, a diferencia de su mentor, tienen quién les guíe y que lo hace sabiendo qué les enseña.