El gasoil supone ya el 60 % del gasto de explotación de muchos barcos de altura de Marín

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

Imagen de archivo de la flota marinense de Anacef en el puerto de Las Palmas
Imagen de archivo de la flota marinense de Anacef en el puerto de Las Palmas CEDIDA POR ANACEF

La bajura de la ría de Pontevedra: «Estes prezos son unha loucura e antes da guerra xa eran caros»

12 mar 2022 . Actualizado a las 11:06 h.

La flota de altura de Marín, asociada a Opromar, vive momentos de gran tensión por el precio del combustible. El gerente de Opromar, Juan Carlos Martín, señaló que si antes de la escalada de los precios el combustible suponía el 35 % de los gastos de explotación de esta clase de embarcaciones, ahora este concepto se ha duplicado hasta llegar al 60 %. Con estos precios, la flota de altura está en una situación de grave riesgo de inviabilidad económica.

«No puedes trasladar los costes de la cuenta de explotación al producto pesquero por el sistema de formación de los precios del pescado», resalta Martín. Por ahora no le consta que haya barcos en puerto por causa de los precios del combustible, pero advierte de que eso podría pasar si esta escalada continúa o si estas cotizaciones tan elevadas se mantienen en el tiempo.

Como ejemplo, Martín señala la flota cefalopodera de Anacef, que faena en el caladero de África Occidental y se surte en el puerto senegalés de Dákar. «Los barcos que tienen combustible a bordo seguirán faenando», aunque matiza que el futuro está lleno de incertidumbres. Hay que tener en cuenta que todo se ha encarecido de forma desorbitada, no solo el gasoil.

«Hay que pagar el seguro, los fletes, muchas cosas», afirma. ¿Pararán los barcos la próxima semana? Martín se muestra cauto. «Hoy [por ayer] es viernes, acaba la semana y a ver qué ocurre el lunes. Veremos que pasa día a día». La situación internacional es demasiado volátil para augurar nada.

En la ría de Pontevedra, la bajura se echa a temblar cada vez que revisa los precios del gasoil y de la gasolina. «O prezo do xoves foi de 1,18 euros o litro. Estes prezos son unha loucura e antes da guerra xa eran caros, e así non compensa ir ao mar», subraya el patrón mayor de Bueu y presidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pontevedra, José Manuel Rosas.

El dirigente pesquero buenense sostiene que no es posible pescar más, porque la mayoría de las especies están sujetas a cuotas y que las que no lo están no se deben exponer a un escenario de sobrepesca. Son comentarios que se repiten también en Raxó, en Portonovo o en Sanxenxo. Amarrar es una opción sobre la mesa que la mayoría cree que va a ser ineludible, pero sus consecuencias tampoco son buenas.

 Samuel Sueiro, patrón del Rubí Dos: «Temos moito gasto en gasoil e o peixe vale o mesmo que antes»

Samuel Sueiro, patrón del Rubí Dos, en el puerto de Sanxenxo
Samuel Sueiro, patrón del Rubí Dos, en el puerto de Sanxenxo CAPOTILLO

En el puerto de Sanxenxo, bajo un cielo encapotado, Samuel Sueiro, patrón del Rubí Dos, limpiaba el aparejo a media mañana. En su barco de bajura trabajan dos personas y ahora se dedica a los miños, un arte de enmalle. Cuando se le pregunta por la escalada de precios del combustible, este trabajador de la flota artesanal expresa su desaliento. Lleva unos 45 años ganándose la vida a bordo de un barco y admite que la situación en la que se encuentra la bajura es muy preocupante. «Estanos afectando moito o prezo do gasoil. Temos moito gasto e lamentablemente o prezo do peixe é o mesmo que antes».

Aún con el pescado a un valor mayor, la viabilidad de la flota de la ría es incierta si este escenario de disparadas cotizaciones se prolonga demasiado en el tiempo. «Se o prezo segue subindo así, terei que pensar que facer», precisa Sueiro que, como muchos otros de sus compañeros en las radas de la ría, hace cuentas para saber cúanto podrá aguantar antes de amarrar.

Enrique Barreiro, patrón del Felipe Segundo: «A situación na que estamos é insostible; é o doble de gasto»

Enrique Barreiro, al fondo en el pantalán, con su mujer y otros profesionales del mar en el puerto de Sanxenxo
Enrique Barreiro, al fondo en el pantalán, con su mujer y otros profesionales del mar en el puerto de Sanxenxo CAPOTILLO

De momento el Felipe Segundo, el barco de Enrique Barreiro, continuará trabajando, aunque no oculta su profundo malestar y preocupación por el futuro y el temor de que sean los precios del petróleo y no los temporales los que lo empujen a amarrar a puerto un período de tiempo imprevisible. Mientras retira las algas enganchadas en la red en el pantalán pesquero del puerto sanxenxino, Barreiro comenta: «A situación na que estamos é insostible, temos o doble de gasto que antes».

Dueño de una pequeña embarcación que utiliza gasolina, señala el quebranto económico de tener que destinar una proporción cada día mayor de sus recursos a pagar el combustible.

En las escaleras de acceso al pantalán tres jóvenes se suman a la conversación. Con esta crisis, «non hai nin carnada para o peixe e os gastos multiplícanse. Todo faise con derivados do petróleo». Con retranca, uno asegura: «Imos ter que criar un porco e salalo»Y es que la luz ya se sabe también está por las nubes.