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Lágrimas en la familia del laureado atleta Jean Marie Okutu, cuyo hermano mayor iba en el Villa de Pitanxo

María Hermida / N. D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

SOMOS MAR

A la izquierda, la madre y la hermana de Edemon Okutu, uno de los tripulantes del barco.
A la izquierda, la madre y la hermana de Edemon Okutu, uno de los tripulantes del barco. Ramón Leiro

«Estamos destrozados», señaló el deportista, mientras él y sus familiares trataban de saber algo sobre Edemon, que vivía en Pontevedra, tiene unos 45 años y dos hijos pequeños

16 feb 2022 . Actualizado a las 15:48 h.

A Jean Marie Okutu, el laureado e internacional atleta de Marín (aunque con raíces de Ghana), se le relaciona siempre con noticias positivas. Fue once veces campeón de España en su especialidad, el salto de longitud. Aunque sus fotos fueron muchas veces protagonistas de noticias, este martes, ante la puerta de la armadora Nores de Marín, no era fácil reconocerle. Su imagen era la de un hombre desolado. En el Villa de Pitanxo, el barco que naufragó en Canadá, viajaba Edemon Okutu, su hermano mayor. Él acudió con su madre, su hermana y otros familiares a la sede de la empresa armadora para ver si podían saber algo más de la suerte que había corrido el primogénito. Pero, desafortunadamente, no había noticias. Jean Mari reconocía después que la familia está «destrozada». Primos y amigos de Edemon señalaban lo mismo. Y daban unas pinceladas del hombre que iba en el barco, su «gran amigo».

Edemon, como el atleta Jean Marie y otros dos hermanos más, llevan prácticamente toda la vida en Galicia. Hace más de treinta años que la familia llegó a Marín por el oficio de marinero del padre, conocido por su apellido Okutu y muy famoso en la villa marinense durante años por ser el presidente del colectivo de ghaneses. Los hermanos crecieron en la tierra gallega y Edemon pronto se hizo marinero. Dicen quienes le conocen bien que «llevaba mucho tiempo en el mar, lo conocía bien» y que también tenía una trayectoria importante como trabajador de la armadora Nores de Marín. Se había casado, tenía dos hijos pequeños y vivía en Pontevedra. 

Dicen sus amigos que cuando volvía del mar le gustaba reencontrarse con toda su familia; con su mujer y sus pequeños, los hermanos y su madre, ya que su padre ahora está en Londres. Un primo llegado desde Vigo para apoyar a sus parientes concluía: «Ayudaba a todos, era muy bueno». Luego, trataba de consolar a los suyos, una labor imposible en un día tan nefasto.