Un Peixe en el Boston Garden

MARÍN

Javonte Green llegó a Marín en el 2015 para pulirse en la LEB Plata, cuatro años después ya ha debutado en la NBA reconvertido en jugador exterior

02 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Si Petersburg está en el mapa es gracias a Orson Welles. Welles eligió a Joseph Cotten, amigo y vecino de esta pequeña localidad de Virgina, para un papel secundario en Ciudadano Kane. Hitchcock también contó con él para algún papel y entre los dos hicieron del actor el habitante con más solera del lugar.

Allí viven algo más de 30.000 personas —unas miles más que en Marín, pero muchas menos que en Pontevedra— que, a través de la televisión por cable ven como Javonte Green amenaza en el 2019 el altar de Cotten. Ese chaval, jugador de los Boston Celtics, también es vecino.

Parecía imposible hace solo cuatro años. Se moría el verano del año 2015 y Marín Peixegalego se desengrasaba en el tramo final de la pretemporada. Un americano de 22 años fue el último en llegar. Era ese chico de Petersburg, que llegaba a Galicia tras dejar buenas sensaciones en la liga universitaria. Buenas, pero no suficientes para que algún equipo NBA apostase por él en el draft de aquel año.

Javi Llorente ya era entonces el entrenador del Marín, todavía en LEB Plata. Acostumbrado con los pontevedreses a tener que acudir a los mercados de fichajes en busca de gangas de liquidación, se fijó en él y arriesgó. Fue raro. Entonces Javonte Green era un jugador interior. Un ala-pívot con un físico espectacular al que se trajo para jugar de alero con la vitola de gran defensor y el sambenito de tirador mediocre.

«Si te digo la verdad, fue suerte. Al final era un jugador que venía de jugar de 4 en una universidad pequeña y que había metido cuatro triples en el último año. No tiraba y medía poco más de 1,90. El éxito fue arriesgar. Nadie esperaba la mejoría que tuvo durante el año ni ese impacto en el equipo», dice Javi Llorente recordando aquellos meses.

Javonte Green fue dando pasos y metiendo horas extras. Y su trabajo —una palabra que surge constantemente cuando se habla de él— dando frutos. Marín ganó la Copa a finales de enero y empezó el espectáculo.

«A partir de ahí se entró en una racha muy buena de siete u ocho partidos ganados en los que él fue el mejor todos los días. Hacía 20 o 25 puntos por partido, cogía 10 rebotes y lo hacía todo tan fácil... La cantidad de highlights que hizo ese año fue increíble. Recuerdo un mate tras rebote contra Cambados… », rememora con suspense Carlos Noguerol. El base es el hoy único superviviente de aquella plantilla.

Varios equipos llamaron a su puerta en mitad de temporada. Traían dinero, pero Green tenía un compromiso con ese pequeño club que le estaba dando su primer oportunidad profesional. Dijo que no.

El equipo acabó ascendiendo a LEB Oro. Green fue nombrado MVP de la competición y llegaron los negociadores del Trieste italiano para poner la pasta y llevarse al jugador. Llevaría al equipo a primera en dos años. El curso pasado, última parada en Alemania antes de aterrizar en la élite.

Necesitó 11 minutos para dar la primera campanada

El primer partido de la NBA que Javonte Green vio en directo en su vida fue desde el banquillo de la franquicia que más campeonatos tiene en sus vitrinas.

La oportunidad le llegó este verano. La NBA le invitó a la Summer League de Las Vegas, una suerte de espectáculo estival para los aficionados que, para muchos jugadores, es la única manera de coger el tren hacia la Liga. Ya había estado el verano anterior, gracias a la oportunidad que le dieron los Phoenix Suns. Entonces, no lo logró. Pero los ojeadores de los Celtics de Brad Stevens, otro entrenador americano con trazas de juego europeo, vieron algo en él.

«Javonte es la prueba viviente de que el trabajo da resultados. Es un tipo tremendamente trabajador. Es lo que le ha permitido llegar a la mejor Liga del mundo. Está muy orgullo de estar en los Boston Celtics, de haber llegado y de no olvidar el proceso que le trajo hasta aquí», asegura Duncan Lloyd, su representante al otro lado del charco.

Green debutó en el primer partido de pretemporada ante los Hornets. Jugó once minutos en los que centró todas las miradas al anotar quince puntos. Los fans se volvieron locos. En Liga, ya ha debutado. Tres minutos ante los Knicks para empezar. Será difícil, pero esta Liga es muy larga y en un año pasan muchas cosas.