No solo de Peixe vive el baloncesto

C. Pereiro

MARÍN

RAMON LEIRO

La liga Marín Basket es un ejemplo de profesionalidad y pasión por el deporte aficionado en Galicia

29 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Que en Marín hay pasión por el baloncesto es un hecho. No es tampoco un secreto que tener un equipo en LEB Plata ayude a generar interés por el mentado deporte, claro que no es A Raña la única pista en la que se marcan triples. La Marín Basket es una liga de baloncesto local que afronta este año su novena temporada. Sorprende por su nivel, su profesionalidad y el cariño con el que es llevada.

Basta pasarse por su página web para comprobar que sus partidos no son las típicas pachangas que uno podría echar en Campolongo. Hay previas de cada jornada y crónicas de las mismas, con los resultados actualizados en tiempo real. Viernes y sábado, el pabellón de San Narciso se vuelve un lugar donde el baloncesto no profesional vive a gusto y tiene un sitio en el que mantenerse y ser disfrutado.

Diez equipos compiten esta temporada. Cinco para cinco. Aunque la gran mayoría son hombres, se trata de una liga mixta. Este año solo un equipo cuenta con una mujer entre sus filas, pero hubo temporadas con mayor presencia femenina cuenta Vidal, uno de los miembros de la directiva de la asociación cultural e deportiva Marín Basket, la que hace que todo funcione.

Por supuesto, nadie se lucra con esta competición. Los equipos pagan una inscripción para sufragar los diferentes gastos de la liga. ¿Por ejemplo? Los seguros para cada jugador o la presencia de dos árbitros para encuentro. Porque sí, hay árbitros, y sobre la pista segunderos luminosos que indican la posesión que le queda a cada escuadra. Lo dicho, no es una pachanga.

En cierto modo, la idea de crear una competición de este tipo vino dada tras la desaparición de una liga similar en Moaña debido a ciertos problemas como ausencias de equipos y demás faltas. Aquí el compromiso de los jugadores es total, y está totalmente prohibido dejar a un rival tirado. Igualmente, cualquier tipo de violencia es castigada con la expulsión directa. Se va a jugar y a disfrutar, no a pelear o a enfadarse.

No hay tampoco restricciones de edad. Compiten desde chavales de 17 años a adultos que han sobrepasado los cincuenta. La pasión por el baloncesto no entiende de edades. Prueba de ello es el torneo 4x4 para mayores de cuarenta que también organiza la asociación Marín Basket el día de las Letras Gallegas, y que no para de crecer año a año.