«El proyecto de rehabilitación de los 18 castros es muy sensible con el territorio»

Alfredo López Penide
lópez penide PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

ceidda

La primera fase de esta iniciativa esta concluida y las obras podrían licitarse a final de año

25 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de los proyectos más ambiciosos que impulsa la Diputación de Pontevedra en el ámbito de la recuperación arqueológica es el denominado In Natura Veritas que lleva a cabo AGi Architects. El objetivo no es otro que la rehabilitación y musealización de 18 yacimientos en la provincia. «La primera fase del proyecto ya se entregó y ahora estamos esperando la aprobación a nivel institucional de los permisos para que se pueda empezar a licitar las obras, que aguardamos sea a final de año», precisó Joaquín Pérez-Goicoechea, socio fundador y director del estudio AGi Architects.

-¿Y la segunda fase para cuando?

-La fase uno cubría los castros de Alobre, en Vilagarcía; Subidá, en Marín; y Toiriz, en Silleda, mientras que la dos, así como ya hemos trabajado en la fase dos. Está un 70 % hecho, por lo que en los próximos meses podríamos acabarla, aunque ya se ha presentando a las distintas Administraciones. Estamos un poco a expensas de una valoración, por ejemplo, de Patrimonio. Es más compleja porque abarca a siete castros: A Lanzada, en Sanxenxo; Adro Vello, en O Grove; Alto da Cruz do Castro, en Cerdedo-Cotobade; Alto dos Cubos, en Tui; Penalba, en Campo Lameiro; Igrexa Vella y Mercado dos Mouros, ambas en Valga. Uno puede entender la complejidad de las actuaciones si se tiene en cuenta que en Alobre había una propuesta del Concello de ampliar la excavación que no sabemos si se va a llevar a cabo, mientras en Subidá se están haciendo excavaciones por otro lado. Además los trámites de aprobación por parte de las distintas instituciones están llevando tiempo. En la tercera fase irán los restantes.

-¿Hay mucha diferencia entre cada castro?

-Sí. Cada uno de los dieciocho están en un estado diferente, ya que hay algunos que están muy consolidados, como Igrexa Vella donde no se ha hecho ninguna excavación en mucho tiempo, mientras que en otros, como en A Lanzada, donde se ha intervenido en los últimos años. Esto explica la dificultad del proyecto, sobre todo la gestión institucional. Es un proyecto bastante ambicioso y complejo. El contrato depende del Ministerio de Fomento, pero con la supervisión de la Diputación de Pontevedra, a lo que se suman todos los concellos en los que estamos interviniendo, así como otras instituciones, como Patrimonio o la Xunta.

-¿Cómo definiría este proyecto?

-Es un proyecto muy sensible con el territorio y en el que se intenta explicar de una manera bastante sutil lo que era un castro y porqué se construyeron abordando los condicionantes sociales como culturales de ese paisaje existente. Hay que tener en cuenta que en la actualidad están situados en localizaciones muy distintas a lo que eran en su día. El territorio ha sido transformado muy seriamente a lo largo de años, tanto por la mano humana como por otros condicionantes. Así, el de Alobre estaba en una especie de península y ahora está metido en un parque público de la ciudad. Respondemos a la pregunta de cómo entender eso. Lo hacemos de una manera muy didáctica, pero también manteniendo el patrimonio y el paisaje es una parte muy importante de ese patrimonio.

-Tengo entendido que el hilo conductor de todo el proyecto se podría decir que son las picas.

-Las picas es una parte, es un guiño que se hizo a los procesos arqueológicos que se están realizando. Queríamos utilizar un elemento unitario y el problema que nos encontramos es que cada castro es muy distinto de resto, por lo que buscamos un elemento que fuera reconocible en este circuito: las picas, que nos sirven como soporte de información. Se han utilizado como el elemento unificador, además bajo una trama rectangular para identificar el espacio natural y nuestra intervención artificial. Los procesos arqueológicos también son destructivos, pero si no intervienes, no descubres. Tienen esa especie de contradicción. Es un guiño a la arqueología como valor cultural.

-En pleno siglo XXI, ¿cómo se introducen las nuevas tecnologías en un proyecto como In Natura Veritas?

-Inicialmente, no sabíamos qué nos íbamos a encontrar en cada uno de los yacimientos y es verdad que la mayoría no tienen suministro eléctrico o de agua. Esto nos llevó a fijarnos en los dispositivos móviles como plataformas informativas. Además, hay que tener en cuenta que los terminales están evolucionando constantemente y se puede acceder a muchísima información a través de ellos. En muchas de estas excavaciones todo lo que se ha encontrado se ha llevado al Museo Provincial de Pontevedra y si uno puede acceder digitalmente empiezas a crear esas relaciones entre el mundo natural y el mundo virtual. Creemos que es muy interesante, pero con un equilibrio. Queremos que la gente no esté solo pegada al móvil, al mundo virtual, sino también que tenga un contacto con el mundo natural para comprender lo qué esa civilización fue, para comprender cómo funcionaban esas sociedades. Si hay un desequilibrio puede ser demasiado abstracto. Las picas llevan unos códigos que te permiten conectarte y acceder a información. La base es siempre el paisaje porque es muy potente e intentamos recuperarlo.

-En todo este proyecto, ¿cuál fue el principal problema con el que se encontraron?

-La gestión administrativa. Lo está siendo por la cantidad de interlocutores que existen y hay muchos intereses. Esto crea trabas y pérdidas de oportunidades. Cuando fueron los incendios del año pasado, lanzamos la propuesta de «porque no utilizamos este tipo de proyectos como regeneración social», pero si no tienes unos instrumentos preparados y eficaz, al final no arranca. Hay mucho interés, porque hasta nivel internacional es un proyecto que ha tenido repercusión, pero a nivel institucional ha sido el gran problema con el que nos hemos encontrado.

-En todo caso, la Diputación está impulsando el patrimonio arqueológico de Pontevedra.

-Entendemos que la exposición que van a hacer en Madrid [el Museo Arqueológico Nacional acogerá la muestra Galaicos en la que se expondrán sesenta piezas del Museo Provincial] supondrá un relanzamiento de este proyecto porque tiene muchísimo potencial, sobre todo a nivel de contenidos y de desarrollo económico-turístico, que es muy importante, aunque nosotros nos focalizamos más en los aspectos más sociales y culturales. Esta exposición, además, es muy importante porque sirve para llamar la atención sobre el patrimonio tan rico que hay en Pontevedra que, a nivel personal, para mí antes era desconocido. Hay infinidad de castros que son maravillosos y en lugares extraordinarios, si bien hay algunos que están muy deteriorados. Han sido vandalizados. En Galicia hay muchos yacimientos, pero en el pasado no había un gran conocimiento o no se les daba su valor, lo que explica que muchos fueran desmontados para hacer otro tipo de construcciones. En Santa Tegra sí se identifica muy claramente que es un castro, pero hay otros que no son tan claramente identificables.