La pleamar y la lluvia cortan la autovía y amarran la flota

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

Emilio Moldes

En Ponte Sampaio hubo problemas para atravesar el puente, mientras el agua anegó el casco histórico de Combarro

03 mar 2018 . Actualizado a las 05:15 h.

Si el jueves la pleamar sorprendió a los conductores que estacionan en el entorno del muelle de As Corbaceiras, ayer la subida de la marea sumada a las lluvias continuas de los últimos días ocasionó problemas en distintos puntos de la comarca de Pontevedra. La incidencia más grave se produjo pasadas las cuatro y media de la tarde de este viernes cuando el agua procedente de la ría de Pontevedra anegó la autovía de Marín obligando a cortarla en ambas direcciones.

Tanto la Policía Local como la Guardia Civil restringieron el paso de vehículos, mientras los Bombeiros tuvieron que achicar el agua acumulada. Tras hora y cuarto se abrió al tránsito el carril que utilizan los usuarios de la PO-11 en sentido a Marín, si bien, posteriormente, tuvo que volverse a cortar debido a las charcas que aún persistían y que obligaron a una nueva intervención de los servicios de emergencias.

Casi simultáneamente, esta incidencia se reprodujo en Ponte Sampaio donde el río Verdugo se desbordó inundando la playa fluvial, el campo de la fiesta y las instalaciones del campo de fútbol, que quedaron inutilizadas. Desde la Policía Local reseñaron que, de igual modo, se constataron problemas de circulación a la hora de atravesar el puente medieval, si bien no se tiene constancia de que se hubiera producido accidente de tráfico alguna vinculado a esta situación.

De igual modo, y sin salir del término municipal de Pontevedra, el Gafos, por segundo día consecutivo, inundó todo el entorno del cauce fluvial en el tramo urbano de su desembocadura por As Corbaceiras.

En Poio y Bueu

Lo cierto es que la situación de la mar y las adversas condiciones meteorológicas obligaron a buena parte de la flota de bajura de la comarca de Pontevedra a permanecer en puerto. Así ocurrió, por poner un ejemplo, en los municipios de Bueu, Marín o Poio.

En este último Concello, el agua inundó el casco histórico de Combarro, mientras las rachas de viento movieron unas planchas de fibrocemento de la cubierta de un edificio situado en pleno paseo marítimo de Raxó. Ante el peligro de que pudieran venirse al suelo con el consiguiente riesgo para peatones y turismos, se desplazó el personal de los Bombeiros do Salnés para asegurarlas e impedir su caída.

Las precipitaciones no solo trajeron malas noticias a la comarca capitalina. Y es que las lluvias han devuelto todo su esplendor a espacios, como el Lago de Castiñeiras, que hasta no hace mucho tiempo sufrían los efectos de una persistente sequía.