Los comerciantes claman por volver al viejo calendario de rebajas

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

Ramón Leiro

Creen el Black Friday o los descuentos navideños son inasumibles para los autónomos

11 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo defiende la Federación Galega y la Confederación Española de Comercio y lo piden, casi con súplica, los comerciantes de la comarca: todos quieren retroceder en el tiempo y volver a la legislación que había antes del 2012, cuando los períodos de rebaja estaban reglados y se centraban en enero y el verano. A partir de esa fecha se liberalizaron los descuentos y cada uno puede ir por libre a la hora de hacer ofertas. Esta situación, dicen los profesionales, está machacando a los autónomos, para los que es inasumible mantener descuentos a lo largo de prácticamente todo el año. «Se axustas moito os prezos, e a maioría axustámolos, non podes asumir despois ter rebaixas, e menos en períodos tan sagrados como o Nadal. Pero resulta que a tenda do lado da túa, que é dunha gran cadea, si fai eses descontos en pleno Nadal, así que te sentes arrastrado. É una situación terrible», razona una comerciante de Michelena con cara de impotencia.

Las asociaciones de comerciantes y centros comerciales urbanos abiertos hablan prácticamente con una sola voz. Desde Marín, Caldas o Pontevedra dicen que es hora de retomar la vieja legislación y que volver a los períodos de rebajas tradicionales, los de enero y verano, salvaría de la ruina a muchos negocios, que no pueden asumir campañas como la del Black Friday. La persona que utiliza el tono más beligerante, sin duda alguna, es Ernesto Filgueira, directivo de Zona Monumental: «Esto está siendo el acabose, o paramos o acaban con el pequeño comercio», defiende. Desde la asociación de Marín indican que están en contacto con la federación gallega para hacer presión y que cambie la legislación. Y en Caldas más de lo mismo: «Lo ideal sería volver a los períodos antiguos, que las rebajas estén regladas favorece a los pequeños», dice el gerente del centro comercial abierto. El más pesimista es José María Corujo, de Aempe. Está de acuerdo con que sería positivo volver a la legislación anterior. Pero cree que iniciar esa batalla sería perder energía luchando por un imposible.

De excursión a Marineda

Los comerciantes también consideran complicado luchar contra otro de los males que sufren: el poderío de los centros comerciales. Les sienta como un jarro de agua fría cada vez que ven anuncios de excursiones a grandes áreas, como el viaje a Marineda que acaba de anunciar el colectivo Amas de Casa Rías Baixas.

«Antes la cuesta de enero llegaba el 20, ahora antes»

Esther Fernández y su marido llevan desde el año 1989 con su tienda Chico´s Sport, ubicada en las galerías de La Oliva. Al preguntarle por la campaña de Navidad dice que no estuvo mal, que se mantuvo al nivel del año pasado, pero cuando se le pregunta por las rebajas la cosa cambia: «El primer día estuvo bien, hubo movimiento, pero ahora ya se nota algo de parón. Antes de la cuesta de enero llegaba el 20, ahora antes. Hay demasiadas ofertas», dice.

«Está siendo una locura que haya descuentos siempre»

Nuria Martínez y una socia abrieron hace unos años El Rincón de Rita, una tienda en la zona monumental que actualmente cuelga un cartel de liquidación por cierre. ¿Qué ha pasado, se trata de la crisis del pequeño comercio? No. «En nuestro caso no podemos decir que nos haya ido mal, simplemente tenemos otros negocios y no podemos atender la tienda. Eso sí, tengo que decir que lo peor es el tema de las rebajas. Está siendo una locura que haya descuentos siempre», dice.

«Nosotros ajustamos los precios y los mantenemos»

María José Vilanova lleva, junto a su socia, tres años al frente de Muguet, un negocio de cosas para el hogar ubicado en los Soportales. Su establecimiento llama la atención estos días porque es uno de los pocos en los que, en el escaparate, no lucen carteles anunciando rebajas. Lo explica ella bien: «Nosotros ajustamos los precios muchísimo todo el año y los mantenemos. No hacemos períodos de rebajas, porque consideramos que no podemos».