Los vecinos y visitantes que deseen utilizar los asadores nuevos del lago de Castiñeiras tendrán que traérselos de sus casas. Los amigos de lo ajeno se han llevado, en menos de una semana, las ocho parrillas que el Concello de Marín había dejado en este entorno para atender cada uno de los nichos para asar habilitados en los dos extremos del área recreativa. En un comunicado, el Ayuntamiento precisa: «El día que se estrenaron los asadores se compraron parrillas para dejarlas a disposición de los usuarios», y añade: «Pero dado que una semana después ya no había ninguna serán los propios usuarios los que tengan que llevarlas».
Desde el Concello se ha solicitado la colaboración ciudadana para el mantenimiento y buena utilización de estas estructuras, muy demandadas por los vecinos durante años y que, tras una larga tramitación administrativa, por fin se han conseguido poner en marcha este año.
El gobierno local, empresa y comuneros también acordaron pequeños cambios operativos en los asadores.