Un paseo interruptus con visos de acabar en referente de unión

Lars Christian Casares Berg
ch. casares PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

La conexión a orillas de la ría entre la ciudad y Marín es ahora, a ratos, una temeridad que solo usan algunos pescadores

14 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ence acaba de iniciar los trabajos previos a la transformación de su fachada, con la que se pretende aligerar el impacto visual del complejo industrial ante la ría. Si las actuaciones continúan como está previsto, en un espacio de tiempo relativamente corto, toda la fachada marítima que hoy ocupa la autovía a Marín y el complejo de Lourizán puede cambiar. Porque desde hace un mes se está diseñando en paralelo también el paseo peatonal que conectará Pontevedra con Os Praceres, valiéndose del paseo actual en la ciudad del Lérez y la pasarela peatonal construida frente a Lourizán para facilitar el acceso de las mariscadoras a los bancos. El diseño definitivo debería estar concluido en septiembre.

Pero, ¿cómo está hoy en día toda la zona? Restan por construir unos dos kilómetros, a sumar a los setecientos metros ya hechos en Pontevedra y los casi ochocientos de la pasarela de Lourizán, frente a Ence. Estos dos tramos construidos están actualmente en buen estado, aunque en el tramo más cercano a la ciudad se echa en falta un mayor mantenimiento de los jardines y la retirada de hierbajos que proliferan en la mediana de la vía o las aceras. La presencia de algunos desagües a la ría también son un punto en contra. Con todo, el paseo es ampliamente utilizado. Una actividad que se extiende incluso al tramo no construido, pero practicable, que quedó bajo el nudo de celulosas, que conecta la autovía con la variante de Marín y el acceso a la AP-9.

Este tramo es utilizado a diario por pescadores aficionados. Para acceder a esta zona hay que caminar primero por el paseo rematado en Pontevedra y, a partir de la rotonda de Malvar, por el arcén de la autovía y luego sobrepasar el quitamiedos para acceder a los restos de la antigua autovía, que quedaron en desuso tras la construcción del nudo. La peligrosidad del tramo para llegar allí llevó incluso al Ministerio de Fomento a prohibir el tránsito en bicicleta en la vía. Sin embargo, prácticamente cada día, los pescadores acceden. Hacer un paseo seguro solo en este tramo costaría, según las estimaciones del Ayuntamiento de Pontevedra, 837.000 euros.

Quedaría luego la construcción de otro tramo de pasarela, como la que hay frente a Ence, para conectar la ya existente con este nuevo paseo. Hoy en día solo está autorizado el paso en vehículos a motor y hacerlo andando constituye una temeridad. Solventar la situación con una nueva pasarela de madera sobre pivotes supondría una inversión de entre novecientos mil y casi un millón y medio de euros, dependiendo de la solución técnica empleada. Solo entonces habrá caído la barrera entre Pontevedra y Marín por la costa que supuso construir una vía sin pensar en peatones y ciclistas.

700 metros muy usados. El tramo rematado, el más cercano a Pontevedra, que finaliza en Malvar, es muy utilizado y su diseño servirá para inspirar la construcción de todo el paseo.

Arcén escaso y quitamiedos. Pese a que el tramo inmediatamente posterior entraña peligros para los peatones, algunos pescadores lo emplean para practicar su afición.

El tercer tramo. En teoría no es accesible, pero el tramo de vía en desuso que quedó bajo el nudo de celulosas también es utilizado por pescadores. Se estudia si hacer allí algún mirador con el paseo.

Sobre pilares. El tramo entre el nudo de celulosas y la actual pasarela de Lourizán es ya ría, bancos marisqueros y arena. Para salvarlos habrá que hacer una pasarela sobre pilares.

Pasarela de Lourizán. La conexión con la pasarela de Lourizán, diseñada en principio para que las mariscadoras pudiesen acceder a los bancos, cerraría el paseo. Hoy hay una rampa.

Remate en Praceres. El final de la pasarela actual en Praceres necesitaría hacer una nueva conexión. Actualmente remata en la playa. Se estudian fórmulas para darle continuidad. fotos ramón leiro