La odisea de llegar al hospital de Montecelo

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

MARÍN

Montecelo es el hospital de referencia para municipios tanto pontevedreses como arousanos.
Montecelo es el hospital de referencia para municipios tanto pontevedreses como arousanos. ramón leiro< / span>

Viajar al complejo sanitario en bus es un suplicio si uno vive más allá de Marín o Pontevedra

27 feb 2016 . Actualizado a las 09:37 h.

Llegar al hospital de Montecelo, al complejo sanitario de referencia para numerosos concellos de Arousa y Pontevedra, en coche puede decirse que es fácil. De hecho, aunque uno acceda desde municipios a una distancia considerable -por ejemplo, desde O Grove hay más de 30 kilómetros- es probable que, a determinadas horas, casi tarde más en aparcar que en llegar. Pero la cosa cambia cuando se trata de acudir al centro hospitalario en transporte público. Entonces hay que hablar ya de odisea si uno vive más allá de Pontevedra o Marín, que son los dos municipios que tienen autocar directo. Como mínimo, los usuarios deberán coger dos autobuses, o un tren y un autocar, y casar sus horarios. ¿Hay alguien que lo haga? Basta con ir a Montecelo y hacer la prueba del algodón.

A las 11.30 horas, Pura Porta, que peina los 80 años, está sentada en el recibidor del hospital. Tiene tiempo para conversar pues le queda una hora de espera hasta que llegue el bus que la llevará a Pontevedra. Es vecina de A Barosela, una aldea de Moraña que está a unos veinte kilómetros del hospital y a la que, en coche, no le llevaría más de media hora llegar. Cuenta con detalle toda su peregrinación para ir al hospital y volver a casa en transporte público. «Eu teño que andar dez minutos dende a casa ata a parada do autobús. Veño nel ata Pontevedra e logo collo o que vai a Montecelo. O problema é cadrar os horarios, porque para vir a hospital hai moitos pero para chegar dende Moraña non».

Venir la víspera

Su peripecia sigue:

«Hoxe [por ayer] tiña unha cita ás once e para chegar a única maneira era coller o autocar en Moraña as sete e media da mañá, pero chovendo e de noite non me atrevo a ir á parada. Así que tiven que vir o día anterior»

. Así lo hizo. Cogió dos buses y se quedó en casa de un hijo que vive en la ciudad. Ayer, fue a Montecelo en bus y, para volver a casa salió en el autocar de las 12.30 horas del complejo sanitario. Y le tocó espera hasta las 16.30 horas para ir a A Barosela. ¿Se plantea coger un taxi?

«Xa me gustaría, pero a paga é a que é

», dice esta mujer que en su día emigró a Alemania ella sola. Le gustaría tener más facilidades para llegar a Montecelo, pero reconoce una cosa:

«No autobús é verdade que soamente vimos os catro vellos de sempre. O que ten coche non o usa».

En ese mismo recibidor en el que espera Pura está un matrimonio pontevedrés. Son Enrique, de 91 años, y Viviana, de 88. Subieron en taxi al hospital desde la calle Casimiro Gómez. Les costó seis euros, cuentan ellos. A pesar de su edad, señalan que se animarían perfectamente a subir al autocar porque les toca visitar el complejo otra vez en unos días y, nuevamente, tendrán que desembolsar doce euros entre ir y volver. ¿Por qué no lo hacen? «Nos parece que no hay mucha facilidad para cogerlo. Es cierto que tienes varios buses al día, pero a veces no te coincide para llegar a la consulta. Y tampoco está muy bien indicado donde se coge ni nada». Ayer pagaron el taxi solo para ir a pedir una cita.

Desde Tenorio

A media mañana, en la puerta principal del hospital, es muy difícil topar con alguien que no tenga una edad similar a la de estos vecinos. Es el caso de Josefa Pichel. Ella cumplió los 87. Y hasta hace poco venía en autocar a Montecelo. Lo hacía desde Tenorio, en Cotobade. Así que también le tocaba realizar transbordo. Ya no se atreve. Su sobrina, Gloria, que ayer la traía, explicaba la cuestión: «Se aínda fora un autocar directo pois quen sabe, igual se podería vir. Pero así hai que traer o coche. Vennos agora a buscar o meu home, que eu tampouco conduzo», enfatizaba.

A las 12.20 horas, solo diez minutos antes de que arranque el autocar para Pontevedra, apenas hay gente en la parada. Una mujer que espera para ir hasta Pontevedra y luego coger el tren a Vilagarcía confirma lo dicho por otros usuarios: «El transporte público en Galicia no se usa porque es difícil hacer las combinaciones. Pero es normal en un sitio donde hay tantos pueblos pequeños. Estamos muy aislados».

Desde la urbe sí es fácil

Realmente, el autobús que va a Montecelo sí puede resultar práctico tanto para quienes vivan en Marín como en la ciudad del Lérez. La empresa Monbus es la que se encarga de realizar el servicio, que incluye numerosas paradas tanto en el término marinense como en el pontevedrés. Pongamos un ejemplo. Para ir desde un sitio céntrico de la urbe, como la plaza de Galicia, hasta Montecelo un día laborable hay un total de trece autocares. El primero sale a las 7.35 y el último a las 21.30 horas. Dependiendo la ruta que lleve -hace distintos recorridos para tener un mayor número de paradas- puede tardar entre quince y veinticinco minutos en llegar al hospital. Y cuesta 1,40 euros. Para volver, otros trece autocares distintos saliendo el primero del hospital a las 8.15 horas y el último a las 22.15.

Más allá de Marín y Pontevedra, toca hacer transbordos. Ni siquiera hay autocares directos desde sitios cercanos como Combarro o Raxó. Por ejemplo, un vecino de Combarro que quiera llegar al hospital en transporte público, pese a que no tiene que recorrer mucho más de diez kilómetros, debe coger primero un autocar que le cuesta 1,45 y en el que pasará entre quince y veinte minutos. Luego, tendrá que volver a coger otro autocar, pagar 1,40 euros y volver a pasar otros quince o veinte minutos. Conclusión: como mínimo media hora de trayecto, quizás alguna espera, y 2,85 euros de recibo.