«Este año la cosecha es tanta que la gente no tiene barriles suficientes para guardarla»

La Voz

MARÍN

02 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Las ramas de loureiro se multiplican cada otoño en la comarca de O Morrazo, uno de los principales centros de furanchos en la provincia. Xosé Manuel Portela ayuda a su madre en uno de los furanchos más tradicionales del municipio de Marín y con la experiencia de unos catorce o quince años vendiendo el sobrante del vino de la cosecha, resalta que la del 2011 es excepcional. «Este año se están vendiendo las uvas en la viña, porque es tanta la cosecha que la gente no tiene barriles suficientes para guardar el vino».

Está convencido de que en la comarca proliferarán los furanchos, porque el sobrante del vino de este verano es demasiado grande. Como anécdota señala que en algunos programas de oferta y demanda en el entorno hasta el 80 % de los anuncios son sobre la venta de uvas. «Muchas uvas van a quedar en las parras. Estoy seguro, porque no hay donde guardar tanto vino y la gente necesitará los barriles para la cosecha del año que viene», manifestó.

La abundancia del 2011 contrasta con otros años de épocas duras. «Hubo años con cosechas malísimas, que cogías cuatro calderos de nada y no te llegaban ni para las necesidades de tu propia casa», afirma. Portela cree que la clave del éxito de los furanchos, a la hora de atraer público, se encuentra en el entorno rural de los locales, en eirados o en garajes, situados en zonas montañosas o de bosques, donde la gente disfruta de un tiempo de relax y a la vez degusta productos caseros. «Ese mismo vino lo pones en una terraza en Marín y no te lo quiere nadie», argumenta.

Para Portela, la excesiva abundancia de vino podría tener otra consecuencia posterior. Cree que en muchos casos el excedente de uva servirá para que también haya más materia prima para la fabricación de aguardiente. «Hay gente que es previsora y compra recipientes de doscientos litros y los mandará para aguardiente en enero».

Como otros vecinos de la comarca, la familia de Portela no vive ni depende económicamente de la cosecha de uva de sus viñas. «El vino es un complemento de la economía familiar, aquí en Marín nadie vive de eso, pero es bueno tener viñas porque, como con otras cosas, lo que produces tú mismo no lo compras en el supermercado», indicó.

La clave del éxito se encuentra en el entorno rural y el atractivo que tiene para los visitantes