El bosque de Cuntis que compensa la huella de carbono de las empresas

Marcos Gago Otero
marcos gago CUNTIS / LA VOZ

CUNTIS

Comuneros de Laxos y Cardecide, en Cuntis, en el monte que destinan a compensación de la huella de carbono de las empresas
Comuneros de Laxos y Cardecide, en Cuntis, en el monte que destinan a compensación de la huella de carbono de las empresas RAMON LEIRO

Comuneros de Laxos y Cardecide impulsan un proyecto pionero en Galicia

03 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una superficie de 19 hectáreas de pino y castaño del monte comunal de Laxos y Cardecide, en Cuntis, se estrenó hace tres años como el primer bosque, gestionado por una entidad vecinal, para compensación de la huella de carbono de empresas gallegas. Es un proyecto pionero que surge del compromiso de los comuneros de este entorno rural con el medio ambiente y su aportación a la lucha contra el cambio climático, a la vez que ofrecen una nueva perspectiva sobre el aprovechamiento del monte en Galicia. En la actualidad, dos empresas, una conservera de Vilanova y una papelera de Santiago ya compensan sus emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera con la protección de bosques en Cuntis.

El presidente de los comuneros, José Manuel Mesego, explica que se trata de una iniciativa tutelada por el Ministerio de Transición Ecológica, que fomenta un sello ambiental para aquellas empresas que compensen su huella de carbono. El procedimiento sigue tres fases. Por un lado se encuentra el cálculo, la cuantificación de las emisiones de CO2 que una empresa emite a la atmósfera al año, contabilizándose una serie de factores y características del consumo de energía y producción de residuos. En segundo lugar, está la reducción, es decir, las medidas destinadas a aminorar estas emisiones y propiciar el ahorro energético y un adecuado tratamiento ambiental de los residuos.

Tres fases

La tercera etapa es la compensación de la huella de carbono. Mesego recuerda que los árboles funcionan como bancos de carbono, al absorber el CO2. Se puede estimar cuántos árboles hacen falta absorbiendo carbono para compensar la emisión a la atmósfera que se realiza desde una empresa. «As árbores absorben dióxido de carbono e o gardan. Son depósitos naturais», precisa. Una vez que se tiene hecho esta medición, las empresas contactan con los comuneros y pagan por la preservación y cuidado de las correspondientes masas arboladas. De esta forma, se neutraliza, por así decirlo, la huella de carbono.

Una ventaja más, todos los árboles del proyecto son jóvenes, por lo que la capacidad de almacenamiento de CO2 se incrementa según crecen, mientras que en las empresas participantes se van reduciendo las emisiones a la atmósfera al aplicar medidas correctoras que las hagan más eficientes energéticamente. Para Mesego, todo son beneficios con este programa, pero eso sí, no vale cualquier monte.

«Tes que ter un proxecto de ordenación do monte, plantalo porque ten que ser monte raso, mantelo bosque cunha xestión sostible por trinta anos e a madeira que dea no futuro reaproveitala de forma sostible», afirma Mesego. «Se cando se corte a madeira vai ser para una mesa ou algo así, o CO2 continúa na madeira e non vai á atmósfera», sostiene.

En el caso de este monte cuntiense se trata de una plantación del 2012, que es el límite temporal que permite Transición Ecológica para participar en este programa.