El recorrido este año fue más largo, con retos que ocasionaron las primeras caídas de la calurosa tarde
16 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Un sol de justicia acompañó la segunda edición de la competición veraniega más graciosa y animada. La Carreira de Rolos de Cuntis -de rolos de paja, nada menos- va camino de convertirse en un fijo del verano que congrega a propios y extraños en la villa termal.
A pesar de que el calor pegaba con fuerza a las cinco de la tarde, en las inmediaciones de la iglesia no cabía un alfiler. La cita es seguida por todo el pueblo, que disfruta de una jornada festiva de risas y hace piña. Este año, la iniciativa buscaba hacer la prueba más equitativa obligando a realizar equipos mixtos. Los había, sin embargo, que nunca habían participado. Como Jesús que después de «partirse de risa» el año anterior se animó a apuntarse. «Vimos pasar un bo momento cos amigos», alegaba.
Esta edición buscaba darle una vuelta -valga la redundancia- al recorrido alargándolo e incluyendo retos que ocasionaron las primeras caídas de la calurosa tarde. «Esta é a carreira máis graciosa que verás na túa vida», comentaban los más veteranos del lugar. Otros como los visitantes que acuden a la villa termal buscando la paz de Cuntis en verano, se encontraban con una auténtica revolución y una prueba atípica. «Es lo más curioso que hemos visto nunca», decía un matrimonio asturiano en una de las zonas valladas con menos público.
El animado speaker buscaba que la gente no se quedase «fría» bajo el sol narrando un espectáculo que no paraba de generar carcajadas entre el público. A la dureza de la prueba -empujar rolos de 400 kilos no parece poca cosa- solo le faltaban unos obstáculos «al estilo militar» y la mayor de las pruebas: encontrar una llave en una enorme tina de agua y jabón. Los había que veían el desafío demasiado fácil y al final quedaron exhaustos. El entretenimiento estaba servido para una prueba singular y exitosa.