Cardecide, la aldea que ilumina las Navidades de Cuntis

La Voz

CUNTIS

Ramón Leiro

Desde hace varios años, los vecinos del lugar decoran todas sus casas con grandes luces y figuras navideñas

15 dic 2016 . Actualizado a las 14:36 h.

Situada en lo alto de Cuntis, pasado el cuartel de la Guardia Civil, Cardecide es un pequeño núcleo rural. Unas veinte casas, con menos de un centenar de vecinos que brillan con luz propia, literalmente. Desde hace unos años, todos sus habitantes compiten sanamente por ver quién viste mejor sus árboles y sus fachadas. ¿El resultado? Una aldea sacada de un cuento de los hermanos Grimm.

Cuenta Abel Vázquez, de veinte años, que fue su casa la responsable de empezar lo que con tiempo se transformaría en tradición. Su padre, Miguel, trabaja en una empresa de iluminación, lo que obviamente da facilidades para la instalación y la compra del material necesario. Pero aquí todo vecino pone su grano. En la Casa de Conde, José María, ahora jubilado y antes trabajador en la construcción, crea con sus manos la mayoría de las estructuras que pueblan la zona -campanas, animales, belenes...-. Un nogal, de brillante color azul, da la bienvenida a su hogar.

«É algo bonito, a verdade, que todos nos poñamos de acordo para o prendido», explica Abel. «Na miña casa temos unha árbore de 12 metros iluminado cunhas 1.000 bombillas led. Case tantas como pode haber nunha praza dunha capital coma a do Toural de Santiago».

No son pocos los vecinos de otras aldeas, y hasta otros municipios, los que se acercan por estas fechas a Cardecide para ver el espectáculo de luces. «Xa bromeamos que aquí non fan falta pasos de cebra elevados, que xa os coches van lentos para poder ver como decoramos as fachadas e os exteriores das vivendas», ríe Abel. «No pobo sempre din que a compañía eléctrica debería regalarnos un xamón, aínda que agora cos leds, tampouco e que sexa unha loucura».

Hay, como no, anécdotas también. La Casa da Louriña solía estar deshabitada todo el año, debido a que sus huéspedes emigraran hace años para Suiza. Eso no les impedía, una vez regresaban para Navidad, decorar también su hogar gallego, su casa natal, dibujando con bombillas todos los perfiles de la casa, creando una silueta perfecta de color. Una vecina de la zona cuenta con unas bombillas casi únicas en Galicia, de color violeta -muy extrañas de conseguir- y que solo son usadas en otro árbol en toda la comunidad, en Ferrol.

¿Falta algo? Una buena taza de chocolate caliente. Eso será el próximo domingo, cuando todos los vecinos quedarán bajo un árbol central, iluminado por supuesto, y se divertirán y charlarán con dos pequeñas artistas, violín y pandereta en mano, naturales de esta aldea cuntiense. Todo queda en casa, o en este caso, Cardecide.