El cambio de reglamento tras 23 años eleva el cisma en la Diputación

Lars Christian Casares Berg
ch. casares PONTEVEDRA / LA VOZ

CUNTIS

ramón leiro

Gobierno y oposición agrandan sus diferencias sobre el mecanismo de la institución

24 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Vostedes sigan raca, raca, raca», dijo el vicepresidente de la Diputación, César Mosquera, ayer a un PP que, a juicio del gobierno, hace una oposición destructiva y bordeando el reglamento. «Seguiremos raca, raca, raca», contestó Nidia Arévalo, portavoz de los populares, confirmando que el cisma entre gobierno y oposición continúa. De hecho, a tenor de lo vivido en el pleno de ayer amenaza con agrandarse.

Aunque el tono estuvo algo más comedido que en las últimas sesiones, la aprobación de un nuevo reglamento para el funcionamiento general de la Diputación, incluidos los plenos, ha elevado el cisma entre el gobierno coaligado de PSOE y BNG y la oposición del PP. Porque el representante de las mareas en el pleno, también en la oposición, sí dio la bienvenida, en principio, al nuevo reglamento, pese a que se abstuvo a la espera de que las asambleas de las distintas formaciones le den el visto bueno.

No lo ve tan bien el PP, que se queja de que, a partir de ahora, solo podrán presentar tres mociones por pleno y plantear un máximo de tres ruegos. También piden, en la práctica, un tiempo ilimitado para defenderlas. Los populares se toparon ayer con el muro de la presidencia de Carmela Silva (PSOE), quien aplicó los tiempos con rigor -también a sus diputados-, y contó con el apoyo sin fisuras de César Mosquera (BNG). Este dijo que los populares han empujado para que la laxitud con la que se venía aplicando el anterior reglamento -en la práctica Rafael Louzán (PP), anterior presidente no lo aplicaba- ya no es viable, tras acusar a los populares de torpedear las sesiones e insistir en el «raca, raca, raca».

Así describe César Mosquera la insistencia de los populares en presentar mociones a los plenos demandando financiación para distintos asuntos que ya están cubiertos en otras partidas. Mosquera hizo una encendida defensa del modelo actual, en el que se reparten los fondos entre los ayuntamientos de la provincia atendiendo a criterios como población o extensión de los términos municipales. Con todo, Mosquera invitó a los populares a preguntar a los alcaldes si quieren renunciar a estos fondos a cambio de que la Diputación administre el dinero «como mellor lle conveña».

De hecho, Carmela Silva fue un paso más allá y dijo que remitirá una carta a los alcaldes para que digan si prefieren el reparto actual o volver «ao modelo anterior», en referencia al de los gobiernos de Rafael Louzán, donde había una parte del presupuesto de la institución sobre el que decidía exclusivamente y de forma discrecional el presidente de la institución. «Mantemos o reparto equitativo por principios -dijo Mosquera-, pero se cadra hai que volver ao sistema anterior», deslizó, en velada referencia a que así se verían perjudicados los ayuntamientos gobernados por el PP.

Los diputados populares Nidia Arévalo, Ángel Moldes y José Manuel Figueroa insistieron en cada una de sus intervenciones en defender la gestión y el legado de Louzán al frente de la Diputación, pese a las insinuaciones de PSOE y BNG de que, con su sistema, se castigarían a los concellos de distinto color al del gobierno provincial: entonces el PP, ahora PSOE y BNG.

Sin solución tras la reunión con los trabajadores del Parque de Maquinaria

Alcaldes y alcaldesas socialistas se plantaron ayer en la Diputación para apoyar la política de la institución sobre el parque de maquinaria, sumido en un conflicto laboral al retirarles el nuevo gobierno ciertos privilegios económicos que no consideraba justificados. Los regidores tildaron la actitud de los trabajadores y representantes sindicales de pulso intolerable y apostaron por la normalización del servicio. Los regidores criticaron que anteriormente el desplazamiento de las máquinas se hacía de forma discrecional. «Se lle deixaban ás máquinas a algúns concellos si e a outros non», dijo el regidor de Cuntis, Manuel Campos.

Los alcaldes quisieron mostrar su apoyo ante la reunión que el diputado de Mobilidade, Uxío Benítez (BNG), mantuvo con los trabajadores y sus representantes. Sin embargo, José Ramón Piñeiro, de CC. OO., calificó la situación de enquistada. «Se non se resolve o problema laboral non se pode resolver o problema das estradas», dijo sobre el abandono de la red provincial. «Estamos dispostos a suspender as medidas de presión, pero ten que haber un compromiso mínimo de negociación», reclamó. Sin embargo, Uxío Benítez reclamó que antes «cesasen nas súas actitudes de boicot. Como traballadores públicos se deben ao seu traballo». Y sobre las contraprestaciones económicas que parecen estar en el trasfondo dijo: «Se hai algunha negociación encamiñada as retribucións isto tense que plantexar no marco dunha negociación laboral». Y tendrá que ser para los 140 trabajadores de Mobilidade y no los 30 del Parque de Maquinaria.