«A loira do mel» se acerca a la jubilación

ana barcala PONTEVEDRA/ LA VOZ

CERDEDO-COTOBADE

RAMON LEIRO

«Apipili», que ajusta su producción a la edad de sus propietarios, ha sacado al mercado este año dos toneladas de miel artesanal producida por miles de abejas repartidas entre Salcedo, Tui y Cotobade

16 ene 2020 . Actualizado a las 12:48 h.

Ramiro Martínez Fraga, «o home máis doce da comarca», y Pilar Núñez Liño, «a loira do mel» llevan más de cuatro décadas dedicados a la producción de miel artesanal en los montes gallegos. Apipili es el nombre bajo el que comercializan diversos tipos de miel, pero también derivados como el polen, la jalea, cera virgen, caramelos y toda una línea de cosmética que tiene ya muchos incondicionales. Hasta tres generaciones. «Temos clientes que son xa netos dos nosos primeiros clientes», explica Ramiro Martínez, que reconoce con nostalgia que se acerca la hora de la jubilación sin relevo para una actividad que a él y a su esposa les apasiona y que además es rentable.

Los montes de Salcedo, de Tui, de Cotobade y del parque natural de O Invernadoiro, en Ourense, es el refugio de las colmenas de Ramiro y Pili, que en la actualidad se reducen a 84 pero que hace poco más de una década superaban las 400.

La edad y la falta de relevo dejan en el aire la continuidad en el mercado de unos productos, los de Apipili, que han abierto el camino de la apicultura en la provincia y que se han convertido en un referente de calidad en las Rías Baixas. «Esto da moito traballo e a xente nova, sobre todo aquí na costa, non quere saber nada de abellas nin de monte», confiesa Ramiro Martínez al afirmar que «a loira do mel terá que xubilarse un ano destes».

Pero mientras ese momento llega, continúa la producción, aunque cada vez de forma más modesta. Este año han sacado al mercado 2.000 kilos de este exquisito producto, muy lejos de las cerca de nueve toneladas «de cando tiñamos ilusión e moitas máis forzas».

En la historia de Apipili llegó un momento en el que sus impulsores tuvieron que decidir. La producción exigía industrializarse y ampliar plantilla para abarcar un mercado creciente, apoyado en la asistencia a ferias y eventos especializados. «Pero a inversión era moita e supoñía ademáis moitas complicacións así que adaptamos o ritmo de traballo ás nosas enerxías e así estamos». Los consumidores de sus productos son su auténtico motor. «Moitos non aceptan que un día teremos que deixar de estar aquí. A xente está moi acostumada aos nosos artigos», afirma.

Y no es casual. Ramiro Martínez es uno de los impulsores de la Denominación de Origen Miel de Galicia, pero también de las Ferias de Miel organizadas en Pontevedra y en otros muchos municipios de la provincia. «Medrei entre abellas, en Cotobade, e algo deste sector sei. E unha das cousas que aprendín é que á xente non se lle pode enganar. Hai moitos por aí que mercan o mel en Zamora e véndeno por galego. Loitei moito contra ese intrusismo e eses piratas que desbotan o traballo de moitos anos a prol da calidade».

Ramiro Martínez lamenta no haber contado con el apoyo firme de las Administraciones públicas en la defensa de la calidad de un producto, la miel gallega, que cuenta con una gran aceptación fuera del mercado local. «Neste país a xente mira os cartos antes que a ética, e así nos vai».

Pero el malestar se la pasa cuando empieza a hablar de los beneficios de su miel en la salud de sus consumidores. Sin duda recomienda la de eucalipto para tratar problemas de catarro, tos, piel e incluso alguna dolencia gástrica. Pero él se confiesa incondicional de la miel de brezo, con un sabor más fuerte pero «á vez cariñoso, sempre che deixa con ganas de máis». Asegura que el 90 % de las personas que la probaron ya no quisieron cambiarla. «É a mellor, moito máis proteíca, ideal para anemias e para rapaces sen apetito e con poucas defensas». Sobre la multiflor no se pronuncia. «É cuestión de gustos». Para Ramiro y Pilar lo que diferencia sus productos es que la miel sea autóctona, que apenas haya presencia industrial en el proceso de elaboración y que «todo se fai con moito cariño e ilusión e a xente nótao».