Calor y motor. Dos combinaciones que hicieron subir el termómetro hasta límites insospechados en el municipio de Cerdedo-Cotobade.
La segunda edición de la subida Cerdedo-Cotobade se antojaba como una prueba de madurez para la escudería Leicar Sport, organizadora de la prueba. Por eso, se cuidó hasta el milímetro que todo estuviera en su sitio la pasada jornada y que los más de treinta pilotos participantes, así como los cientos de aficionados que se acercaron, disfrutaran de lo lindo.
Fue el primero de los dos días dedicados al motor en el municipio pontevedrés. Desde las nueve de la mañana los motores comenzaron a rugir en la zona de verificaciones para realizar las comprobaciones pertinentes, mientras que la prueba, dividida en cuatro mangas diferentes, pisó el acelerador sobre las cuatro de la tarde.
La seguridad estuvo presente a lo largo de toda la tarde. Un elemento indispensable en este tipo de competiciones. Apenas hubo que lamentar dos pequeños que accidentes. Ninguno con daños personales, y que tan solo generaron unos minutos de retraso.
La subida forma parte del Campionato Galego de Montaña, y aunque en principio se iba a contar con la presencia de Andrés Vilariño, pero finalmente se descartó su presencia. El pentacampeón europeo de Montaña tuvo problemas con la caja de cambios y no pudo participar. Cabe decir que él piloto venía a competir, y no acudía en calidad de invitado ni para realizar una manga de espectáculo.
El cotobadés Alexis Viéitez se hizo con las tres mangas celebradas a lo largo de la jornada. Hoy, a partir de las 9.30 horas, se comprobará si finalmente se hace con la prueba.