Urnas que acaban con un nuevo uso

C. Pereiro COTOBADE / LA VOZ

CERDEDO-COTOBADE

CARLOS PEREIRO

«As Follas ao Aire» quería hacer de Cotobade una gran biblioteca, pero la premisa inicial ha cambiado totalmente

19 ene 2017 . Actualizado a las 16:42 h.

A principios de noviembre, el Concello de Cotobade ponía en marcha un original proyecto, As Follas ao Aire. La instalación de varias urnas, con libros de autores gallegos, en diferentes puntos del municipio, que destacan bien por su tranquilidad; bien por su particular belleza paisajística. Cotobade ponía en marcha la biblioteca más grande del mundo -al menos en kilómetros cuadrados-, pero sus visitantes parece que han tomado su propio camino a la hora de hacer uso de estas urnas y de sus libros.

El puente romano de Almofrei es un paraje conocido no solo en Cotobade, sino en toda la comarca. La urna sigue aquí, pero se encuentra semivacía. ¿Y los libros? Han volado. No están. La premisa inicial era que el lector disfrutara de la lectura en el propio lugar y permitiese al siguiente visitante la misma acción, pero parece que ya no es posible. ¿Semivacía? Exacto. Su interior aún contenía algo. Una nota, arrancada de un pequeño bloc de anillas. En ella, en bolígrafo y a mano, figuraba un sincero «¡Gracias!». Ante todo, agradecimiento. Quizás el «ladrón» no sabía que los libros de Teresa Moure y Suso de Toro debían permanecer allí.

Siguiendo la N-541, dirección Ourense, el núcleo de Viascón se presenta como otra parada lectora. La Carballeira da Portela debería ser hogar para Castelao y Pepe Carreiro, pero la urna de esta ubicación ya no contiene libros. En su lugar ahora hay varias postales de temática navideña y religiosa. En este caso parece que el visitante anónimo apostó también por llevarse los libros, aunque por el camino dejó algo más que una nota. Quizás no fuera el que los sustrajo, y fue otro vecino el que se vio en la obligación de dejar algo en la urna para no defraudar al visitante. Al otro lado de la carretera, el ganado local queda como único testigo.

De camino a Carballedo, capital del nuevo municipio de Cerdedo-Cotobade -Follas ao Aire es un proyecto solo presente en los límites del antiguo territorio de Cotobade-, toca parada en Cuspedriños. Aquí no solo han desaparecido los libros. También lo ha hecho la urna transparente que debía protegerlos de las inclemencias del tiempo.

Catalogadas de nuevo como excelentes, las aguas de la piscina fluvial de Carballedo transmiten tranquilidad. Un lugar idóneo para una lectura. Al fin, aparecen los libros. La urna está llena de ellos. Pero no son las obras de Rosalía de Castro y Ledicia Costas. Todo apunta a que el visitante entendió las urnas como un método de intercambio, así que se llevó las obras de las autoras gallegas y en su lugar dejó una extensa colección de volúmenes de Corín Tellado. Entre ellos también hay un pequeño bloc, a modo de libro para los visitantes en el que dejar un mensaje a los venideros.

Todo empezó como una biblioteca sin carné, pero al final, cada uno le ha dado el uso que ha querido.