Veinticinco años del inicio de las obras del embalse del Umia, en Caldas

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral CALDAS / LA VOZ

CALDAS DE REIS

Los trabajos arrancaban, tras varios años de protestas, un viernes a las ocho de la mañana en A Baxe

18 abr 2023 . Actualizado a las 09:00 h.

Viernes, 17 de abril de 1998. Hace este lunes justo veinticinco años comenzaban las obras del embalse del Umia, en Caldas de Reis. Una infraestructura hidráulica que rechazaban de forma mayoritaria los vecinos de los tres concellos afectados (Caldas, Cuntis y Moraña), que llevaban varios años de protestas y que las mantendrían después de concluida la presa. La Xunta impulsó la construcción del embalse con el argumento de acabar con las históricas inundaciones en la villa termal y garantizar el abastecimiento de agua a la comarca de O Salnés. El tiempo quitó y dio razones y dejó a Caldas con un problema medioambiental y de salud pública que todavía hoy se sigue combatiendo con dinero de todos. La construcción de la presa conllevó también su explotación hidroeléctrica, que recayó en la empresa Cortizo.

Pero más allá de la historia, ¿cómo fue aquel comienzo de las obras? Empezaron oficialmente a las ocho de la mañana en la zona de A Baxe, en la parroquia de San Andrés, donde se levantó el muro de la presa. Un amplio despliegue policial protegió el inicio de los trabajos. Los opositores al embalse, agrupados en la Coordinadora Antiencoro, no se pudieron acercar al punto, aunque se hacían oír provistos de silbatos y se dejaban ver con sus pancartas. El Ejecutivo autonómico, que entonces dirigía Manuel Fraga, sostuvo siempre que el proyecto era de interés general para Galicia. El entonces conselleiro de Política Territorial, Xosé Cuíña, citó a los medios de comunicación a las ocho. Negó que hubiera alguna intencionalidad en la hora fijada, asegurando que era la hora normal «en que todo o mundo empeza a traballar».

La obra, adjudicada a la UTE Dragados y Construcciones y Abeconsa, tenía un presupuesto de 1.298 millones de pesetas y un plazo de ejecución de 26 meses. Para construir el embalse, con capacidad de 6,15 hectómetros cúbicos, fueron necesarios 70.000 metros cúbicos de excavaciones y 40.000 en hormigón para el cuerpo de la presa. Aquella mañana de viernes en A Baxe dos máquinas desbrozadoras fueron las encargadas de abrir una vía vertical en A Baxe e iniciaron la preparación del cuerpo de la presa. La comitiva del conselleiro Xosé Cuíña descendió a pie hasta el río Umia. Fue el lugar escogido por el político para decir que el embalse sería una realidad en la primavera del 2000. Habría que esperar un poco más para cerrar las compuertas. Pese a las protestas, defendió la obra: «Temos claro cal é o seu significado: resolvelo problema histórico das enchentes de Caldas, solucionalo abastecemento de auga á comarca do Salnés, e o seu contido social, xa que do canon enerxético dedicaránse sesenta millóns a obras culturais e educativas nos tres concellos afectados».

Así lo recuerdan los protagonistas

De los tres alcaldes de la época ninguno sigue en el cargo. En el caso del actual regidor de Caldas, Juan Manuel Rey, ya era concejal y sí vivió el inicio de los trabajos y todo lo que vino después. El político socialista hace hincapié en la «noctunidad» y «alevosía» a la que se recurrió para poder comenzar una obra que se hizo «a base de imposición». «Recuerdo con agrado la lucha del pueblo y una cohesión ciudadana que no se pudo mantener. El inicio de las obras fue el principio del fin. También fue una decepción que gente que lideraba la oposición al embalse milite hoy en el mismo partido político que Cuíña [en alusión al concejal y diputado del PP de Caldas Fernando Pérez]», comenta Rey. Por su parte, Paloma Fernández ejerció de portavoz de la Coordinadora Antiencoro. «De ese día recuerdo un gran madrugón, pero lleno de esperanza porque sabíamos que el encoro era una aberración y creíamos que lo pararíamos. Habíamos tenido ya muchas entrevistas con gente de la universidad y conocíamos las ilegalidades. Yo, especialmente, por mi formación en Derecho, confiaba en la Justicia. Pero como sabes cuando el Supremo se pronunció, la obra ya estaba hecha», comentó este lunes. «Seguramente hoy no lo hubieran conseguido, pero no pudimos hacer más. Recuerdo que nos dieron premios fuera por nuestra lucha, y yo estuve dos veces en la UE, pero había mucho dinero en juego. El encoro, por resumir, se hizo gracias a la presencia de los antidisturbios», expuso Paloma Fernández.

Otros destacados miembros de la Coordinadora Antiencoro y de la Asociación de Propietarios Encoro Non también rememoraron aquella jornada de hace veinticinco años. «Recuerdo de ese día la impotencia, la rabia y un dolor horroroso. Pero también cómo todo eso se transformó en una fuerza de lucha increible», apuntó Lola Ramos. Cuco Casal, por su parte, alude a una «situación kafkiana»: «Aquel día recibimos un chivatazo y sabíamos que iban a venir, no sabíamos la hora exacta y fuimos antes, a las seis de la mañana. Siempre nos infravaloró y recuerdo lo absurdo de la situación, hacerlo al alba».