-Dentro de unos días la veremos subirse al escenario del Festival SonRías Baixas.
-Es una cosa muy novedosa para mí, porque este año es el primero que hago festivales y me estoy conociendo en ese ámbito. Me emociona muchísimo y, sobre todo, me genera una gran responsabilidad porque la gente va a verte, pero es también un espacio donde te encuentras muchas personas nuevas. Es todo un reto. Tengo la sensación, y a lo mejor luego no es así, de que hay una expectativa de responder a cierto formato de festival, al que no estoy acostumbrada y en el que me estoy empezando a mover ahora y aprendiendo. Me emociona muchísimo y tengo muchas ganas porque tocar al aire libre es lo mejor del mundo. Esto ya para mí es una motivación increíble.
-¿Quizás una de las mayores dificultades de un festival es tener que actuar ante un público más ecléctico que el que va a un concierto de un artista concreto?
-Claro, a eso me refería y por eso es más reto. Te lo tienes que ganar y meterlos en un mood que, a lo mejor, no es el mood de mi música, que no es tan festivalera. Veremos a ver, pero, sin duda, de todo se aprende, todo es un proceso y habrá conciertos que me cueste más sacar adelante y otros, menos, pero me apetece un montón tener la experiencia.