Cuando las redes sociales afectan al día a día de dos familias de Bueu
29 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Fake news, bulos, trolls, haters... Las redes sociales, tal y como recuerdan periódicamente los cuerpos policiales, no están exentas de riesgos. En una época en la que, como consecuencia de las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia del coronavirus, los delitos por Internet, principalmente algunas modalidades de estafa, se han incrementado considerablemente en la práctica totalidad de la comarca de Pontevedra, desde algunos perfiles —normalmente, falsos— se difunden contenidos que no se ajustan a la realidad y en los que algunos internautas no dudan en modificar noticias veraces para darles la vuelta. En ocasiones, estas aluden a conocidos políticos o famosos de toda índole y, en otros, hay quien se llega a sentir señalado a pesar de que no se ofrezcan datos identificativos.
«Dicen que mi hijo se dedica a traficar con cocaína (...) y a su novia la llaman La reina del sur porque ‘con esa carita de mojigata que tiene, mueve la leche'», apunta una vecina de Bueu aludiendo a un mensaje que se difundió por Facebook referido al arresto inexistente de un joven de 24 años con tres kilos de cocaína. «Llegaron a decir que mi marido pagó 180.000 euros para salir de fianza y que en un año le sale el juicio. Hasta donde llegan las barbaridades», añade al respecto.
«Y que el jefe del clan soy yo —acota, por su parte, el padre de la novia del hijo de esta buenense—, que el que corta y pincha soy yo y que ellos trabajan para mí». Sostiene que el origen de todo fue una publicación surgida en esta red social en la que, a priori, se manipuló una información de Elche para darle apariencia de haber ocurrido en la localidad pontevedresa, algo que, posteriormente, se magnificó: «Te señalan por la calle».
En este punto, la vecina de Bueu sostiene que es algo que afecta tanto a nivel psíquico, como anímico. «Mi hijo lleva tres noches que no quiere venir a Bueu, que no se encuentra bien», incide, al tiempo que asegura que «solo quiero que no me señalen».