Detenido un narco fugado tras un incidente en un bar de Bueu

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

BUEU

La Fiscalía sitúa a Marcos Manuel Conde Vidal, condenado a 10 años por el alijo del «Doña Fortuna», al frente de una trama de estafas al seguro

26 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Marcos Manuel Conde Vidal, Moncho, llevaba desde el 2013 huido de la Justicia. Sobre el pesaban sendas requisitorias de la Audiencia Nacional para cumplir una pena de diez años por narcotráfico, así como del juzgado que instruye la causa contra un supuesto entramado de estafas a compañías aseguradoras. Y un incidente, aparentemente nimio, lo ha descubierto revelando su paradero a la Guardia Civil.

Las fuentes consultadas precisaron que el lance, supuestamente, tuvo lugar en un bar de la localidad pontevedresa de Bueu. Si bien, lo cierto es que del mismo no consta denuncia alguna.

En cualquier caso, hace escasas semanas, a mediados de septiembre, agentes del puesto del instituto armado de Moaña, tirando del hilo, localizaron al fugitivo en el término municipal de Soutomaior. Desde entonces, Conde Vidal cumple la pena impuesta por la Audiencia Nacional por el alijo del Doña Fortuna, una condena que fue ratificada por el Tribunal Supremo, cuyos magistrados se limitaron a anularle una de las dos multas impuestas inicialmente, de 325 millones de euros. Manteniéndole, eso sí, la segunda, de quinientos millones.

Entre rejas, el narcotraficante permanece a la espera de sentarse en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial como presunto líder de un entramado de estafas al seguro en el que hay una veintena de imputados. La Fiscalía mantiene una petición de cinco años de cárcel como supuesto autor de un delito continuado de falsedad en documento mercantil en concurso medial con un cargo, también continuado, de estafa agravado, así como se insta a que se le imponga el pago de una sanción económica de 3.600 euros.

En su escrito, el ministerio público alude a unos hechos que tuvieron lugar con anterioridad a su condena por narcotráfico. Reseña que en el 2006, Moncho era represente de una empresa dedicada a la venta de automóviles, de tal modo que, en noviembre de aquel año, adquirió un Renault Laguna declarado siniestro total.

Sin embargo, en abril del 2008, se dio parte al seguro, «faltando a la verdad», de la rotura de dos lunas, mientras que unos meses después se denunció en la Comisaría de Pontevedra su sustracción. El fiscal aclara que el vehículo, en realidad, «fue transportado a la ciudad de Oporto, en Portugal, donde sería desmontado y vendido para piezas».

Igualmente, se le vincula con un Volvo S-60 que ardió en las inmediaciones del embalse de Pontillón de Castro, en la ciudad del Lérez, y por el que la compañía aseguradora abonó 34.961 euros. Asimismo, se reseña que el nombre del narcotraficante está relacionado con otros dos incidentes en los que, supuestamente, se simularon colisiones que, en principio, nunca se produjeron.