Grumetes del siglo XXI

María Conde maria.conde@lavoz.es

BUEU

01 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Qué es un sextante y cómo se maneja? ¿Cómo calculaban la latitud los antiguos marinos? ¿Con qué otros instrumentos de navegación contaron? Estas son solo algunas de las preguntas a las que da respuesta el curso Para ser grumete, que por quinto año consecutivo organiza el Museo Provincial de Pontevedra y al que en estos momentos asisten una decena de alumnos. No es necesario que tengan unos conocimientos previos de náutica para asistir a este seminario, como explica el jefe del gabinete didáctico de la entidad, José Manuel Castaño, que es el encargado de impartirlo. Tan solo tienen que mostrar su interés por conocer la parte de la historia que se ocupa de los grandes descubrimientos y viajes marinos entre los siglos XV y XIX. «Contamos qué tipos de barcos participaron -señala Castaño García-, qué características tenían, la terminología de los palos y las velas, los cabos que se usaban a bordo, y los instrumentos náuticos que se fueron utilizando en cada época». El sextante de Méndez Núñez. Entre esos instrumentos hay piezas originales, como un sextante que perteneció al almirante Méndez Núñez, pero otros son réplicas de originales que no se conservan y de los que se muestra su manejo. Todas estas enseñanzas culminan en julio con una salida por la ría de Pontevedra, en colaboración de Amigos das Embarcacións Tradicionais Os Galos de Bueu. Castaño destaca que los participantes suelen sentirse atraídos por todo el conjunto de contenidos, aunque este recorrido en un barco tradicional «es quizás lo que más se parece a las embarcaciones menores de las épocas que tratamos a lo largo del curso». «En general lo que pretendo es que sepan relacionar aspectos geográficos con náuticos e históricos», añade.

Una parte del curso también se ocupa de que los participantes conozcan cómo era el día a día en el barco y, sobre todo, las múltiples dificultades a las que se enfrentaban los navegantes. «El hambre que se pasaba a bordo, por ejemplo -apunta Castaño-. Hasta el punto de que acababan comiendo ratas, y cuando no había ratas, el serrín de la madera o el cuero que envolvía los mástiles. Contamos cómo tenían que recoger el agua de la lluvia para beber, pero el problema era cuando navegaban por zonas que no llovía... Leemos los relatos dejados por sus protagonistas y vemos cómo el cine interpretó esos viajes y cómo tergiversó o no algunas de estas famosas singladuras, o convirtió en protagonistas a los amotinados, como es el caso de Rebelión a bordo, de Marlon Brando». Las películas sirven asimismo para que los asistentes al curso vayan refrescando la terminología sobre tipos de barcos «o simplemente que puedan entender las órdenes del capitán». De esta forma, «pueden gozar de estos filmes de una forma más completa, al comprender mejor la terminología náutica».

Una de las gestas a las que presta más atención Castaño es la protagonizada por los pontevedreses Bartolomé y Gonzalo de Nodal, que circunnavegaron la Tierra del Fuego en el año 1618. El objetivo de esta singladura era comprobar si era verdad la existencia de un nuevo paso para el Pacífico, recién descubierto por los holandeses Schouten y Le Maire. «Tuvo muchísima importancia -añade-. Es cierto que muchas gestas de marinos gallegos son más conocidas por navegantes extranjeros de la actualidad que por los propios españoles o incluso gallegos». El manejo del programa Google Earth da mucho juego a los participantes, ya que permite, como explica el jefe del gabinete didáctico, realizar un seguimiento visual de la lectura de los pasajes referentes a esta navegación, siguiendo los rumbos e indicaciones que daban los protagonistas. Así es como los grumetes del siglo XXI se ponen en la mente de los navegantes del siglo XVII.