Un susto que pudo ser una desgracia pone el foco en los puntos negros del Camino

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

BARRO

emilio moldes

Un turismo golpeó a una peregrina en San Caetano, en uno de los tramos más peligrosos de la ruta a su paso por Pontevedra

24 may 2018 . Actualizado a las 10:18 h.

Lo que ayer a las ocho y media de la mañana ocurrió en San Caetano, en la parroquia de Alba, solo fue un susto: un coche alcanzó a una peregrina, que aunque sufrió magulladuras parece ser que pudo continuar a pie hacia Santiago. Sin embargo, hizo saltar todas las alarmas. ¿Por qué? Porque llueve sobre mojado y porque desde todas las instancias posibles se denunció en mil y una ocasión el peligro que supone ese tramo, con un tráfico endiablado y sin aceras, tanto para los peregrinos como para los vecinos del entorno. Así que ayer la indignación se contó al por mayor. El habitualmente moderado Tino Lores, presidente de Amigos del Camino Portugués, hablaba ayer con vehemencia y enfado: «Están esperando a que suceda una desgracia para actuar» y desde la asociación de vecinos O Chedeiro también comunicaban que están hartos de reclamar una solución para esa carretera. Indicaban que no llega con apelar a la construcción de la futura variante de Alba, que se necesita ya un arreglo en San Caetano.

Que Tino Lores o los responsables de O Chedeiro hablasen del accidente es más o menos normal. Conocen el sitio, el problema de seguridad que tiene, están al tanto de todo lo que pasa en el Camino... pero lo más llamativo es que, solo unas horas después del susto, la noticia corría como la pólvora entre los caminantes hacia Santiago, que ayer se fijaban especialmente en los puntos negros de la ruta. «Nos contaron en un bar en el que paramos que habían atropellado a una mujer. La verdad es que esa zona de Pontevedra nos pareció muy peligrosa. Menos mal que luego vinieron zonas verdes y caminos», indicaban dos valencianos que iban hacia Compostela.

Se llamaban Enrick y Bea y, justo cuando eran preguntados por el accidente pasaban ellos por San Amaro, en Barro. Precisamente, al pasar esta aldea hay otro punto negro. Ahí, los caminantes pasan de ir por caminos de tierra a desembocar en una transitada carretera. Pero nadie parece darse cuenta. Los peregrinos, como quedaba constancia ayer por la mañana, toman esa vía sin arcenes y los coches les pasan rozando. La solución parece estar diseñada, pero falta que traspase el papel. El Concello de Barro cuenta que Diputación y Turismo colaborarán para hacer una senda paralela y así sortear la citada carretera.

Los puntos negros del Camino a su paso por la comarca se completan en otros dos lugares. Uno de ellos es la N-550 a su paso por Caldas. El alcalde está cansado también de insistir en que hay que mejorar la seguridad de los peregrinos sin demasiado éxito. El otro tramo peligroso es el de Tomeza, que algunos sortean yendo por el paseo del Gafos.