Agua, piedra y monte se dan la mano en la Ruta das Fervenzas

Cristina Barral Diéguez
cristina barral CALDAS / LA VOZ

BARRO

emilio moldes

Una marcha inauguró el sendero que une Barosa y Segade

18 may 2018 . Actualizado a las 05:10 h.

La comarca de Pontevedra cuenta desde este jueves con un nuevo atractivo para los amantes del senderismo: la llamada Ruta das Fervenzas. Un recorrido de 14,6 kilómetros según la organización -más de 16, en palabras de algún participante que la acabó- que comunica la cascada de Barosa, en el municipio de Barro, con la de Segade, en Caldas de Reis. En la caminata inaugural del Día das Letras, que partió pasadas las 10 horas desde Barosa, participaron unas seiscientas personas. Había vecinos de los tres concellos que atraviesa (Barro, Portas y Caldas) la ruta, pero también de otras localidades como Pontevedra o Vilagarcía.

Los tres alcaldes -Xosé Manuel Fernández Abraldes (Barro), Víctor Estévez (Portas) y Juan Manuel Rey (Caldas)-, con atuendo informal, no se quisieron perder el estreno, al igual que la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, ya que fue el organismo provincial quien se encargó de los trabajos de señalización. También caminaron varios concejales del gobierno y de la oposición en Barro y Caldas, como José Sanmartín (PSOE), Fernando Pérez (ICdR) o Manuel Fariña (BNG).

No faltaron los discursos antes de la salida, megáfono en mano, y avituallamiento al inicio y final del sendero. Hubo fruta, bebidas y frutos secos. Los participantes estuvieron acompañados por monitores de la empresa Naturgaliza. Se trata de la misma firma que colabora con el Concello de Pontevedra en el programa de Ponteandadas, que recorre las parroquias del rural pontevedrés.

La Ruta das Fervenzas discurre por partes de senda, vías pecuarias o caminos forestales. Aunque el sendero no presenta dificultad técnica, sí tiene alguna zona de desnivel, por lo que se recomienda el uso de bastones. Los más precavidos o andarines con muchos kilómetros en sus piernas los llevaban ayer. El agua que acompaña en la salida en Barosa y en la llegada a Segade se mezcla con la piedra y con el verde del monte a lo largo de un recorrido que se puede completar en tres horas y media. Para la vuelta había buses que trasladaban a los participantes hasta Barosa.

Además del valor paisajístico y cultural que reúnen ambas cascadas, la ruta pasa por delante del taller artesanal de campanas Ocampo en Badoucos (Arcos da Condesa) -que estaba cerrado, aunque se puede visitar con cita-, una antigua estación meteorológica, el petroglifo Pedra da Grada o las ruinas de la Fábrica de la Luz. «Está muy bien señalizada, tiene alguna zona de desnivel, pero se hace bien. Es muy chula y tiene pinares con bastante sombra», comentó una senderista tras concluir, en el grupo de cabeza, el recorrido poco antes de las dos de la tarde.