Un recluso de A Lama envía una carta con un «cuídate» a la jueza que lo sentó en el banquillo de los acusados

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

A LAMA

CAPOTILLO

Ha sido condenado a una multa por un delito leve de falta de respeto y consideración a la autoridad

07 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Ya solo me quedan nueve años, no te lo tomes como una amenaza ni nada personal. Cuídate». Este fue, a grandes rasgos, el contenido de la carta manuscrita que a mediados de diciembre envió un preso de la prisión de A Lama a la magistrada que llevó la instrucción del procedimiento penal por el que el acusado se encuentra en prisión y a la que ya había amenazado con anterioridad.

De este modo, se le ha impuesto una pena de doscientos euros de multa como autor responsable de un delito leve continuado de falta de respeto y consideración debida a la autoridad en el ejercicio de sus funciones.

Los magistrados, de este modo, avalan el hecho de que, aunque la denuncia inicial fuera por amenazas, terminará siendo condenado por falta de respeto y consideración. «Se entiende que no se ha vulnerado el derecho constitucional invocado por el recurrente, pues, en primer lugar, la acusación en los delitos leves, y contra la cual puede defenderse el acusado, se formula en el acto del juicio, habiendo tenido oportunidad el acusado de defenderse». Y, en segundo lugar, los hechos que determinaron la condena «eran conocidos por el acusado desde que se le citó para declarar».

Asimismo, y frente a los argumentos de la defensa, mantienen la tesis de que «no era necesario que la magistrada agraviada formulara denuncia o acusación, pues bastaba con la denuncia del ministerio fiscal». Y en cuanto a la pretendida prescripción, reseñan que «no hubo paralización del procedimiento que supusiera la reanudación del plazo de prescripción de un año».

En la resolución, por otro lado, se destaca el hecho de que, si bien el recluso «manifiesta que su intención no es amenazar, termina resaltando como admiración, letras mayúsculas entrecomilladas, ‘cuídate', que, pese a no considerar la frase como un amenaza velada, sí que es una falta de respeto y consideración».