Condenados dos reclusos de A Lama por dar una paliza a un tercer preso

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

A LAMA

RAMON LEIRO

Los hechos sucedieron en septiembre del 2017

06 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado viernes, los funcionarios del centro penitenciario de A Lama se movilizaron a las puertas de la prisión para denunciar lo que consideran es una situación insostenible derivada, entre otros motivos, del déficit de personal y el envejecimiento de la plantilla. Estas circunstancias redunda, en gran medida, en que los incidentes estén a la orden del día, episodios como el ocurrido el 9 de septiembre del 2017 que ha derivado en la condena de dos reclusos.

Aquella mañana, según recoge la sentencia, los dos acusados se acercaron a un tercer interno «movidos por la intención de causarle un menoscabo a su integridad física». De este modo, «sin que conste el motivo, procedieron a golpearle, propinándole patadas y puñetazos y arrojándole las sillas del departamento en el que se encontraban, causándole contusiones y erosiones en la espalda, y traumatismo nasal con fractura sin desplazamiento de los huesos propios de la nariz así como herida erosiva en pirámide nasal», añade la sentencia confirmada por la Audiencia de Pontevedra, en la que también ser refiere que, como consecuencia de esta agresión, a la víctima «le resta una cicatriz de un centímetro en dorso nasal que produce un perjuicio estético ligero».

Dos funcionarios agredidos

Este altercado, en todo caso, no terminó ahí. Y es que, una vez que los funcionarios de prisiones pudieron entrar en la sala en la que se encontraban los tres presos poniendo fin a la agresión, optaron por conducir a uno de los atacantes a la zona de aislamiento. Al ser informado de esta medida, «comenzó a mover bruscamente los brazos y a empujar a los funcionarios de prisiones que estaban a su alrededor, tratando de zafarse de los mismos».

La sentencia considera acreditado que llegó a alcanzar a dos de los empleados públicos, «a los que causó lesiones que precisaron para su sanidad una única asistencia facultativa».

A raíz de estos hechos, este último recluso fue condenado a un año de prisión por un delito de lesiones, a pagar una multa de 150 euros por un delito leve de lesiones, así como siete meses y quince día de cárcel por un tercer cargo de resistencia. En cuanto a su compañero de banquillo, este ha visto como la Audiencia ratificaba la pena de prisión impuesta como autor de un delito de lesiones con la agravante de reincidencia.