Los ascensos, mejor de tres en tres

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

A LAMA

CAPOTILLO

Los hermanos Fran, Marcos y Christian Fandiño subieron de categoría con sus equipos, pero les queda el sueño de defender juntos la misma camiseta

09 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay familias en las que los premios llegan de tres en tres. La de los hermanos Fandiño Reissman es una de ellas. Este año cada uno de ellos ha ascendido con sus respectivos equipos, todos juegan al fútbol y antes de empezar a contar su particular coincidencia hay una persona a la que se lo quieren dedicar. «Mi padre, que falleció hace unos años y no pudo vivir esto, seguro que estaría orgulloso», comenta Christian, el hermano del medio, que acaba de subir de categoría con el SD Alba, equipo de veteranos que fundó su hermano Marcos junto a su amigo Enrique Abelleira. Pero Marcos, de 41 años, juega en el club de A Lama, recién ascendido a Primera Regional. «Estamos ocho jugadores del Marcón, cuando descendimos, dejamos el equipo, pero después un amigo que había jugado con nosotros entrenaba ahora en A Lama y nos animamos», explica Marcos, que ahora se debate entre continuar en el equipo o dar un paso al lado.

Junto a Marcos y Christian está Fran Fandiño, «el pequeño y el que ha llegado más lejos, él nos mejoró a nosotros», dice el mayor. Fran, con 10 años menos, acaba de ascender a Tercera con el Ribadumia después de haber llegado a jugar en el Pontevedra. Entre este ascenso y el que se frustró en Puertollano hace seis años también hay similitudes. Esa temporada, el conjunto granate se quedó a las puertas de subir a Segunda B, mientras sus hermanos lograban ascender al Marcón a Preferente por primera vez en su historia. A Fran ese recuerdo es difícil que se le vaya de la cabeza. Aún en el Ribadumia, él es un granate de corazón. «Jugar en el Pontevedra para un aficionado como yo era un sueño, el equipo se merece estar en Segunda por tradición y afición, ahora con Jesús Ramos estaba en racha y en trayectoria ascendente», explica.

Qué hubiese pasado si la liga continuase no se sabe, pero este parón de la competición favoreció antes de tiempo a los hermanos Fandiño. «El objetivo de los tres era ascender», explica Fran, mientras Marcos asegura que cuando llegó a A Lama la idea era subir de categoría al equipo y ahora que ha cumplido con lo prometido, empieza a pensar que le gustaría jugar contra el Marcón, el club de su vida durante más de una década. Incluso el equipo de veteranos tenían en su objetivo el ascenso. «Tuve que dejarlo cuando me lesioné hace cuatro años con el Marcón, pero este año me convenció mi hermano y aquí estamos. Empecé por abajo y ahora subimos a Segunda, nos queda llegar a Primera y a División de Honor, al verte ahí, estás otra vez motivado», reconoce Christian, de 38 años, que añade: «Y es que no hicimos nada, fue una coincidencia porque los tres íbamos de primeros. Muy mal tendría que haberse dado la cosa para que no ascendiésemos».

Como en la mayoría de los equipos de todo el país, este año los ascensos han sido contenidos. Ellos tampoco lo han podido celebrar con sus compañeros de equipo y casi ni entre ellos. Todavía se juntaron este domingo para poder comer en familia. Fran acaba de tener un bebé y por el trabajo de todos casi no se pudieron ver, aunque antes sí que habían bromeado con esa posibilidad. «A partir del próximo día 20 nos iremos de cena o a una casa rural todo el equipo», comenta Marcos Fandiño, que espera celebrar el ascenso con sus compañeros.

A los tres les queda un sueño por cumplir: jugar juntos. Fran nunca ha estado en un equipo junto a sus hermanos, pero ellos sí que han coincidido desde niños. «Estuvimos juntos en las categorías inferiores del Pontevedra, en el Placeres y siete años en el Marcón», explica el hermano del medio. Compartir equipo es lo que esperan que le tenga preparado el destino. «Esa es la única espinita que tenemos pendiente y tenemos que sacárnosla», apunta Fran Fandiño.

La motivación de Christian y la fortaleza de Marcos está a prueba para esperar a que Fran acabe su etapa en el Ribadumia para enfundarse la misma camiseta. «Yo nunca dejaré el fútbol y mi hermano no sé si lo hará, lleva muchos años diciéndolo y sigue ahí», señala Christian sobre Marcos. A Fran le queda un año muy motivador en Tercera después de haber descendido la temporada anterior. «Los tres teníamos equipos para ascender», comenta el hermano pequeño.