Un fallo en la cámara de la cárcel de A Lama obliga a a aplazar el primer juicio penal de la cuarentena en Vigo

e. v. pita VIGO / LA VOZ

A LAMA

E. V. Pita

La avería impidió celebrar una videonconferencia con un acusado de maltratar a su madre de 94 años el 14 de marzo y quebrantar horas después el alejamiento

06 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un fallo en una cámara de videollamada de la penitenciaría de A Lama impidió ayer celebrar en Vigo el primer juicio penal durante la cuarentena. A causa de la avería, la vista se aplazó al día 13. Aunque los tribunales están cerrados al público, esta sesión entraba dentro de los procedimientos de urgencia porque es una causa con preso.

El acusado era un supuesto maltratador doméstico vigués que el 14 de marzo tuvo un episodio de violencia en el hogar con su madre de 94 años y, tras quedar libre en el juzgado de guardia, volvió esa tarde a la vivienda a pedirle dinero para drogas. La Fiscalía le acusa de quebrantar, supuestamente, la medida de alejamiento hacia su progenitora. Afronta 9 meses de cárcel.

En su segundo arresto, pasó a ser uno de los primeros detenidos en el estado de alarma, minutos después de que el Gobierno lo anunciase por televisión. Tras volver a ser detenido, fue enviado a prisión provisional. En su día, su abogada planteó que la casa de la madre era su único hogar y que él no tenía adónde ir porque, debido al estado de alarma por el covid-19, los albergues cerraron sus puertas y los hospedajes dejaron de atender al público. Padecía ciertas secuelas psíquicas de la droga y, en vez de prisión, propuso un ingreso hospitalario, solución que fue descartada.

La vista iba a celebrarse ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo a las 12.30 horas por videoconferencia. En A Lama estaba el acusado, ya que durante el estado de alarma las comparecencias son por videollamada, y en la sala de Vigo, se sentaron la Fiscalía, su abogada y la jueza. Fuera esperaba la demandante, una sobrina política que haría de testigo de cargo. La idea era cerrar una condena por conformidad pero era necesario oír al acusado que no dio antes su visto bueno porque no puede hablar, secuela de sufrir dos ictus.

La vista fue a puerta cerrada porque el público no puede acceder al edificio. El implicado compareció desde una sala de A Lama, la cámara de la penitenciaría lo enfocó y, un segundo después, se averió. Desapareció la imagen y, tras varios intentos de conexión, la jueza aplazó el juicio.

Su abogada, Ana García Costas, inicialmente, proponía la absolución por haber actuado bajo «extrema necesidad». Es un exsoldador de Barreras que quedó en paro en la reconversión industrial de los años 80 y cayó en las drogas. De ser un hijo solícito y generoso, pasó a maltratar a su madre, ahora de 94 años.