Decenas de sentencias sin comunicar por la huelga de funcionarios de Xustiza

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

A LAMA

ramón leiro

16 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las consecuencias más visibles en el edificio judicial de A Parda que está teniendo la huelga en la Administración de Xustiza es el silencio que preside una gran parte de las instalaciones. Menos visible, aunque más problemática, es otra de las derivadas de este paro indefinido: el escaso movimiento de papel. Esta circunstancia está derivando en que en los distintos juzgados pontevedreses se acumulen decenas de sentencias que están para notificar, pero que no han sido comunicadas a las partes -fiscalía, acusaciones, defensas, abogado del Estado...-.

«El movimiento en algún juzgado es nulo», reconocen fuentes jurídicas. Es una realidad que asumen en el seno de las entidades sindicales convocantes de la huelga. Al tiempo que hacen un llamamiento a la comprensión, señalan que, en el caso concreto de la ciudad de Pontevedra, cifran en un 85 % el seguimiento de la convocatoria.

Pese a que un importante número de resoluciones no están siendo notificadas, distintos magistrados puntualizaron que está circunstancias no tiene incidencia alguno a la hora de computar los plazos a la hora de formular recursos o actuar en consecuencia. Así, explicaron que estos períodos temporales solo empiezan a contabilizarse en el momento en el que la resolución o sentencia es formalmente notificada a la persona o Administración en cuestión.

Recogida solidaria

El mismo día en el que trascendía lo que está ocurriendo con las resoluciones judiciales, los funcionarios pontevedreses de Xustiza llevaron a cabo una recogida solidaria de alimentos no perecederos. El punto de encuentro fue la Audiencia Provincial, edificio desde el que se desplazaron por las calles de la ciudad hasta el comedor de San Francisco, donde donaron la totalidad de los productos colectados.

Posteriormente, los empleados públicos acudieron al edificio judicial de A Parda donde se movilizaron coincidiendo con la salida, a bordo de un coche de la Guardia Civil y camino de la prisión de A Lama, de Enrique Abuín Gey, el Chicle.