La falta de zonas de pasto impide la cría de más vacas de monte

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

A LAMA

ramon leiro

Los ganaderos dicen que se ven obligados a suministrar hierba seca al ganado

12 feb 2018 . Actualizado a las 11:57 h.

En las comarcas de Pontevedra, Arousa y Deza-Tabeirós ya no hay decenas de ejemplos de cría de ganado vacuno en el monte. Pero sí queda rastro de esa actividad en algunos concellos, como pueden ser el de A Lama en Pontevedra, el de O Grove en Arousa y el de A Estrada en Tabeirós. El caso es que, consultados ganaderos de esos tres puntos, no parece que las cabezas de ganado vacuno que pastan libres vayan a aumentar próximamente. ¿Por qué? Hablan, entre otras muchas cosas, de la falta de pasto.

Podría pensarse que es un sinsentido que, con la cantidad de monte sin trabajar que hay en Galicia, a las vacas les falte pasto. Pero, precisamente, ahí está el problema. Ganaderos de A Lama o A Estrada señalan que el toxo prolifera con tanta facilidad que va devorando las praderas, de ahí que las vacas acaben quedando sin su pasto y haya que suministrarles, sobre todo, hierba seca. «El matorral es muy difícil de parar, ahora mismo lo coloniza todo», señala un ganadero de Xesta, en A Lama. Precisamente, esta es una parroquia donde todavía queda una actividad importante en cuanto a ganado vacuno de monte. Actualmente hay 15 ganaderos que la sostienen y, entre todos, juntan unas 600 cabezas. ¿Las aumentarán? «Cada uno sabrá lo suyo, pero es difícil porque esto no es rentable para nada», se escucha decir a uno de ellos.

En A Estrada, donde la cooperativa Monte Cabalar tiene 120 vacas, las quejas se dirigen en la misma dirección. Señalan que, aunque se hagan rozas de toxo, es muy difícil recuperar pastoreo, de ahí que tampoco se planteen aumentar el ganado. Comenzaron con esta actividad hace diez años, después de que ardiese el monte y con la idea de recuperar sus usos tradicionales. La cooperativa tiene la misma cantidad de caballos que de vacas. También se quejan de las bajas sufridas por los ataques del lobo, una circunstancia de la que también hablan en municipios como Moraña o Cuntis.

La excepción grovense

En general, hablar con ganaderos que tienen vacas en el monte es sinónimo de escuchar una larga lista de quejas, que concluyen que la actividad no resulta rentable. «Por un becerro que vendes non che compensan todos os gastos», insisten unos y otros. Hay solamente un caso donde ven el vaso medio lleno. Se trata de la comunidad de montes de San Vicente de O Grove, donde hace algo menos de un lustro dieron un paso hacia adelante en cuanto a la cría de ganado de monte. Se hicieron con una manada de vacas cachenas, que entonces era de ocho cabezas y que ahora mismo tiene 16. ¿Están contentos¿ Sí. Pero porque este tipo de ganadería, más allá de su rentabilidad, está pensando para otro fin: que mantenga limpio el monte.

«Controlar o toxo é complicadísimo»

Fuco Barreiro responde con la palabra «complicadísimo» cuando se le pregunta por la tenencia de vacas de monte de la cooperativa Monte Cabalar. Luego, añade: «Controlar o toxo é complicadísimo e moi custoso. A orografía aquí é moi complexa e meter máquinas a veces non é posible. Cada hectárea que se limpa, se se logra limpar, ten un custo enorme. De aí que non teñamos moitas zonas de pasto».

«Las ayudas para desbrozar no llegan»

Luis Vaqueiro vive a medio camino entre A Lama, donde tiene vacas de monte, y México, donde cuenta con negocios de hotelería. Es importante señalar esta doble vida laboral que lleva por una circunstancia: «Tener lo de México es lo que me permite dedicarme a las vacas, que es lo que me gusta, pero que por sí solas no son rentables. No podría vivir de eso, viajo cada mes o cada dos meses a México por los otros negocios». Al preguntarle cuál es el principal problema, indica: «Hay muchísimo matorral y las ayudas para desbrozar que dan a las comunidades de monte no llegan, con ellas apenas podemos limpiar una cantidad mínima».