La condenada en lugar de su hermana empieza a ver la luz

A LAMA

López Penide

La Audiencia de A Coruña ha suspendido la pena privativa de libertad para Rebeca Arriba-Silva Montoya

24 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Rebeca Arriba-Silva Montoya, la pontevedresa que permanece recluida en la prisión de A Lama condenada por un delito que cometió su hermana, empieza a ver la luz. Por lo pronto, hace unos días, María Aroa Arriba aceptó una pena de un año y nueve meses de cárcel por haber suplantado la identidad de su hermana cuando fue detenida a principios de diciembre del 2010, así como en el juicio que se desarrolló a mediados de junio dos años después y que le supuso a Rebeca una condena.

Aquella pena conllevó el ingreso en la cárcel de la pontevedresa. No en vano, en el 2008 había sido condenada a tres años por un delito contra la salud pública, castigo que, un año después, quedó en suspenso con la condición de que no delinquiera en el plazo de tres años. El arresto en el 2010, a la postre, supuso la revocación de la libertad para Rebeca.

El abogado Fernando Romay, antes de confirmarse la condena contra María Aroa, pero ya con el escrito de acusación del fiscal contra ella, ha logrado que la Audiencia de A Coruña suspenda «provisionalmente la ejecución de la pena privativa de libertad que está cumpliendo» su clienta. Es un auto duro en el que los magistrados cargan contra el fiscal, que se opuso a la petición del letrado pontevedrés: «Los argumentos expuestos por el ministerio fiscal que informó en la presente ejecutoria en contra de esa suspensión son inaceptables».

En todo caso, reconocen que «no hay previsión legal específica para un supuesto de hecho como el que ahora examinamos». No obstante, optan por la tesis de la libertad en tanto que, de no acordarse la suspensión, «el perjuicio podría ser irreparable si después se confirmase que no fue ella quien cometió ese delito».

A pesar de este dictamen, la lucha continúa. Fernando Romay se ha dirigido al juzgado que condenó erróneamente a su clienta para que «prevalezca la Justicia» y Rebeca abandone su celda.