Pepe Coira, guionista de «El circo de los muchachos»: «Ese tópico de que la realidad supera la ficción no deja de confirmarse una y otra vez»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Tiene claro que «ese tópico de que la realidad supera la ficción no deja de confirmarse una y otra vez»

24 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Este pasado viernes, Prime Video estrenó la docuserie El circo de los muchachos, dirigida por Elías León Siminiani con guion de este último y Pepe Coira. «Me llamaron porque estaba en Vaca Films un conocido mío, Rubén García Franco, que trabajó allí, y me propusieron colaborar. Fui de cabeza porque la historia me parece muy potente, pero especialmente porque era con alguien que admiro mucho, que es Elías León. Siempre me ha gustado mucho su manera de entender el cine y el documental, y para mí era un privilegio colaborar en este proyecto», remarca Coira.

—¿Qué fue lo más complicado del guion?

—Creo que había dos cosas. Una, la cantidad enorme de historias de la vida y el trabajo del Padre Silva y de Benposta. Había una cantidad ingente de material y había una cantidad ingente de archivo. Normalmente, el problema es lo contrario, que haya muy poco archivo. Era que no te ahogase la cantidad de información que había. Y dos, cómo gestionar una historia tan contradictoria y tan cargada de luces y de sombras, cómo encontrar un lugar, un punto en el que todo estuviese hilado y la historia no se cayese hacia ningún lado.

—De todas estas historias, ¿cuál fue la que más le sorprendió?

—Del trabajo de documentación, a mí me tocó poco. Ya había un equipo muy potente de documentación y mi labor fue más de trabajar desde una cierta distancia, de ir viendo todas las propuestas que había y ver qué punto darle. Había muchísimo material que la inmensa mayoría de los protagonistas siguen ahí, están ahí, está su memoria de las cosas, pero es que, aparte de eso, el Padre Silva tenía muy claro el poder de la imagen y ya desde los 70 se preocupó de se generase un montón de archivo en torno a lo que hacían. Primero, proponiéndose hacer alguna serie o alguna película bastante disparatada, pero también despertando el interés de televisiones de todo el mundo. Hubo gente de todo el mundo viniendo a ver que era Benposta y como funcionaba atraídos aquel proyecto tan utópico. Creo que desbrozar entre tanto material y no perderse fue esencial.

—¿Y qué queda para un guionista como usted de una utopía que ahora está reducida a ruinas?

—Me parece que ese tópico de que la realidad supera la ficción no deja de confirmarse una y otra vez. ¿A mí que me queda? Me queda, pues que lo que yo al principio iba esperando, me lo he encontrado con creces. Era la oportunidad y el privilegio de ver trabajar a alguien con la calidad cinematográfica y humana que tiene Elías León. Resulta difícil pensar en que alguien pudiese trabajar mejor sobre un material tan delicado de lo que él lo hizo. El otro día, en Cineuropa podías ver con muchos de los antiguos benposteños se venían reflejados en el trabajo que él hizo. Me queda eso y me queda el que... el género documental es un género que te ofrece siempre algo que es muy valioso, que es el contacto directo con la vida, con vidas de la gente. Para mí ha sido una suerte enorme estar en el.

—Y después de «El circo de los muchachos, ¿qué otros proyectos tiene en cartera?

—Ya se ha rodado una ficción basada en hechos reales, La canción, que es sobre e Festival de Eurovisión del año 1968 cuando España ganó con el La, la, la de Massiel. Está en fase de montaje. No sé cuándo estará terminada, pero es un proyecto que me hacia mucha ilusionó porque es una oportunidad de viajar a un episodio de nuestro pasado muy potente.

—Y muy marcado por un cierto misticismo o mitología.

—Absolutamente. Ahí andamos y con otros proyectos que esperamos que vayan saliendo poco a poco. Bueno, es mejor hablar de ellos cuando se confirmen que salen, no anticiparse.