El testimonio póstumo de una víctima de agresión sexual: «Sé que por 500 euros voy a estar muerta»

PONTEVEDRA

Esta joven de A Estrada falleció hace un año por causas ajenas a este procedimiento sin ver al acusado sentado en el banquillo. Este martes su testimonio se reprodujo en la Audiencia de Pontevedra
13 sep 2023 . Actualizado a las 18:37 h.Hace un año, en junio del 2022, falleció. Su pronta muerte por causas ajenas a este procedimiento le impidió ver sentado en el banquillo de los acusados a quien fue su pareja y a quien denunció por agresión sexual. Este martes, la Audiencia de Pontevedra reprodujo el testimonio que prestó durante la instrucción de la causa judicial en el marco del juicio que se sigue contra su excompañero sentimental.
Su relato de aquel 3 de diciembre del 2021 en una vivienda de A Estrada arranca con su negativa a mantener relaciones con su por entonces novio. No solo le dijo que no quería volver a hacer el amor, sino que le comunicó su deseo de romper la relación por su estilo de vida.
Sus palabras, siempre según su versión, enfadaron al acusado, quien «me tiró contra la cama, que estaba soldada y se rompió», así como también, supuestamente, la empujó «contra la ventana, que también rompió».

«Me defendí todo lo que pude», recoge la grabación de la denunciante, quien reconoce haber asestado al encausado un cabezazo, así como haberle mordido en el dedo de una mano: «Como pensé que iba a morir quería arrancárselo», sostiene añadiendo que su único objetivo era el de intentar sobrevivir.
La supuesta agresión
En su declaración, también se recoge cómo el acusado presuntamente la desnudó, la agredió sexualmente con dos dedos, al tiempo que la insultaba -«te vas a la calle desnuda como puta que eres»- o le decía que le iba a orinar en la boca. En su desesperación, la joven abrió una ventana por lo que pidió auxilio, pero «nadie me escuchó».
Tras asegurar que en los primeros compases de su relación «era todo muy bonito», refiere como, en un momento dado de aquella pelea, «se puso un cuchillo al cuello y me dijo: '¿Esto es lo que quieres? ¿Arruinarme la vida?». Posteriormente, fue el acusado quien la llevó en coche, de tal modo que cuando transitaban por las proximidades del camposanto, presumiblemente, se dirigió a ella con un «ahora te voy a llevar al cementerio, que es donde tienes que estar».

A la hora de abordar sus temores a poder ser asesinada, manifestó que «sé que por quinientos euros voy a estar muerta».
Versión del acusado
Todos estos hechos fueron rechazados de plano por el acusado, quien sostuvo que se produjo un discusión entre ambos, en el transcurso de la cual «le dije que se tenía que ir a su casa». A este respecto, mantuvo que «simplemente la agarré por si intentaba hacer una locura, como cortarse las venas», así como que, en un momento dado, «la tiré sobre la cama porque empezó a romper todo».
«Eso son barbaridades», respondió cuando el fiscal le cuestionó sobre los insultos, al tiempo que insistió en que la joven se autolesionaba, que las discusiones eran «a menudo» y muchas de ellas, según sus palabras, motivadas por los celos de la fallecida. De igual modo, aludió a que era la quinta vez que la estradense, que padecía una serie de trastornos, denunciaba a una pareja suya por hechos similares, extremo que nadie más acreditó durante la celebración de la vista oral.
Guardias civiles y forenses
En el juicio también comparecieron los guardias civiles que intervinieron en estos hechos y que detuvieron al sospechoso, al considerar que había indicios para hacerlo. «Estaba muy agitada, nerviosa y era muy difícil mantener una conversación coherente», precisó uno de los guardias en relación con la joven, un estado que contrastaba con el del encausado de «aparente tranquilidad» en el momento de ser arrestado.

Los forenses, por su parte, confirmaron que las lesiones que presentaba la víctima son compatibles con su relato, al tiempo que sostuvieron que no creían factible que las mismas pudieran ser autoinflingidas: «En medicina nada es imposible, en medicina forense, menos», señaló uno de los expertos.
Petición de penas
A la vista de todas estas circunstancias el fiscal mantuvo su petición inicial de 14 años y 8 meses de prisión, 8 años de libertad vigilada e inhabilitación especial para cualquier profesión, oficio o actividades, sean o no retribuidos, que conlleve contacto regular y directo con personas menores de edad por un tiempo superior en 12 años al de la duración de la pena de cárcel por un delito de violación. Mientras que por lesiones, pide 8 meses de prisión y 2 años de privación del derecho a la tenencia y porte de armas.
Además, insta a que las indemnizaciones de 280 euros por los días de sanidad, 1.900 euros por la secuela, y 20.000 euros por los daños morales repercutan en los herederos de la denunciante. Además, considera que debe abonar al Sergas la cantidad que se determine en ejecución de sentencia correspondiente a los gastos de asistencia ocasionados por las lesiones.
La defensa, por su parte, solicitó la libre absolución de su cliente.