El campeón del mundo de triatlón Pablo Dapena se aparta de la competición por ansiedad: «La cabeza me estaba troleando»

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Pablo Dapena, en la meta del Campeonato del Mundo de larga distancia que se celebró en Pontevedra en el 2019
Pablo Dapena, en la meta del Campeonato del Mundo de larga distancia que se celebró en Pontevedra en el 2019 Ramón Leiro

El nivel de exigencia del deporte le hacía perderse etapas de la vida de hijo de 15 meses. Esa situación desembocó en un cuadro del que comenzará a tratarse

09 jun 2023 . Actualizado a las 21:02 h.

«Cuando el globo se hincha demasiado acaba explotando y yo soy un perfecto símil de ese globo», escribía el triatleta Pablo Dapena en las redes sociales. Acostumbrado a dar el cien por cien en cada faceta de su vida deportiva y personal, ha tenido que gritar abiertamente basta ya. El punto de inflexión fue la última prueba en la que competía, el Challenge Salou. Sintió ansiedad y tuvo que dar un paso a un lado. «Mi cabeza me empezó a trolear», reconoce Dapena. 

Detrás de esa desconexión que sufrió entre cuerpo y mente hay mucho más. «Venía de estar diez días en Mallorca con el equipo y justo un día después de llegar a la isla, mi hijo dio sus primeros pasos y no estaba allí», explica en esta lluviosa mañana de junio en Pontevedra. Fue una especie de punto de inflexión, una punzada en el alma que le hizo ver su vida desde fuera. Su hijo crecía y él no estaba allí a diario. Lo que le pasa a muchas madres y padres, le ocurrió también a él. «Esto es un trabajo de 24 horas, hay que entrenar, descansar, llevar una alimentación muy estricta y viajar. Son 24 horas siempre enchufado», reflexiona Dapena. Este mismo viernes comenzará la terapia con el psicólogo y a partir de ahí, irá fijándose sus metas, si es que las hay. «Lo que tengo claro es que no iré a Polonia a competir y después ya veremos lo que va pasando», subraya.

Pablo Dapena habla con mucha claridad. Siempre lo ha hecho. Y esta vez no iba a ser diferente. Antes que él infinidad de deportistas de élite dieron un paso a un lado. En sus redes sociales hacía alusión a lo ocurrido. «Desde hace tiempo, tengo la sensación de que me estoy perdiendo capítulos de la vida de Tomás (su hijo) por intentar superar mi mejor versión deportiva y eso es algo que mi cabeza no puede consentir», aclara el campeón del mundo de larga distancia en el 2018 y plata en Pontevedra en 2019. Ahora necesita saber qué puede hacer para afrontar el futuro sin ansiedad. «Soy de ver las cosas o negras o blancas e igual puede haber una escala de grises», reflexiona el triatleta pontevedrés.

Pablo Dapena, junto a Gómez Noya, plato y oro, respectivamente, en el Campeonato del Mundo de larga distancia que se celebró en el 2019 en Pontevedra
Pablo Dapena, junto a Gómez Noya, plato y oro, respectivamente, en el Campeonato del Mundo de larga distancia que se celebró en el 2019 en Pontevedra Ramón Leiro

Se hace a un lado en sus aspiraciones deportivas, pero no dejará de entrenar. Esta mañana de viernes tenía previsto hacer unos largos en la piscina. «No entiendo la vida sin deporte, he nacido practicándolo y seguiré haciéndolo, pero ahora será a mi bola, sin ningún tipo de presión ni meta», reconoce Pablo Dapena. Después de tener que retirarse en Salou cuando iba en tercera posición en la segmento de bicicleta, sabe que por el momento no podrá volver a subirse a ella para competir. «En esta situación es en la que nos encontramos hoy por hoy. Afortunadamente es algo que cada vez se ve más a menudo y cada vez está más normalizado en la sociedad. Hay que buscar soluciones a los problemas con herramientas diferentes procedentes de agentes externos a mi situación personal», escribe en su cuenta de Facebook, en la que resume lo que le ocurre en tres pasos. Primero, reconocer el problema. Lo segundo es ponerse en manos de profesionales y lo tercero será solucionarlo. En eso está Pablo Dapena desde este mismo viernes.