Sanxenxo quiere salvar la torre de A Lanzada, el último bastión irmandiño

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ruinas de la torre de A Lanzada, en Noalla, Sanxenxo
Ruinas de la torre de A Lanzada, en Noalla, Sanxenxo M.G.

El Concello plantea trabajos de consolidación y de investigación arqueológica

12 mar 2023 . Actualizado a las 10:22 h.

La torre de A Lanzada, en la parroquia sanxenxina de Noalla, es uno de esos lugares secretos de Galicia que, al estar a la vista de todos, pasa totalmente inadvertido por los miles de visitantes que caminan delante de sus ruinas para ver la mucho más famosa ermita románica al fondo del recinto. El Concello de Sanxenxo quiere poner fin a este desconocimiento y promocionar uno de sus hitos históricos de mayor trascendencia para la historia de Galicia. Fue en A Lanzada, por ejemplo, donde tuvo lugar la última resistencia de los Irmandiños en el siglo XV, aunque aquella historia no acabó bien. Todos los defensores fueron ejecutados por los nobles, aprovechando eso sí la ayuda de un traidor.

No solo eso, sino que la fortaleza de A Lanzada tiene su origen en el siglo X, cuando las correrías de los vikingos por las costas de toda Europa eran tan puntuales como un reloj suizo. Las Torre de Oeste, en Catoira, son famosas en toda la comunidad autónoma. Pues la fortaleza que se construyó hace once siglos en A Lanzada pertenece al mismo sistema defensivo contra los invasores que venían por el mar.

Estos y otros aspectos también poco conocidos de A Lanzada se promocionarán con un proyecto de recuperación de la torre con el que ya cuenta el Concello. Según explicaron fuentes municipales se trata de proponer trabajos de protección, conservación, mantenimiento, rehabilitación, investigación y divulgación. La torre de A Lanzada es un Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1985, es decir, tiene el mismo grado de protección que la catedral de Santiago, pero, a efectos prácticos, se ha notado bien poco.

Planificación detallada

La inversión que ahora el Concello quiere acometer en los restos de la fortaleza asciende a 488.126 euros y optará a la línea de ayudas del Programa de mejora de la competitividad y de dinamización del patrimonio histórico con uso turístico, en el marco de los fondos europeos del Ministerio de Industria.

Desde el equipo de gobierno se precisa que la torre está al lado del mar y «expuesta a las más duras inclemencias», pero que a su «aparente fragilidad», en líneas generales se encuentra en buen estado de conservación. Fue vital la obra del 2006, año en que se consolidaron los alzados principales y la roca que los sustenta. Aún así, el estado de esta estructura medieval es mejorable y en cuanto a promoción queda todo por hacer.

La intervención propuesta desde el Concello consta de dos partes. Una primera fase se centra en las estructuras visibles y ya restauradas años atrás. Aquí se trataría de eliminar vegetación y raíces y consolidar las piezas que estuviesen desprendidas o dañadas.

Nuevas tecnologías

La otra fase se focalizará en los nuevos restos que pudiesen sacar a la luz la actuación de los arqueólogos. No se trata tanto de hacer una excavación del entorno inmediato, sino de aprovechar los recursos que ofrecen las nuevas tecnologías para que el terreno permita conocer sus secretos sin tener que usar pico y pala. Para conseguirlo, se plantea llevar a cabo una prospección geofísica no invasiva con un gradiómetro. La utilización de esta tecnología dará la posibilidad de detectar estructuras antiguas, que estén enterradas y que cuya existencia no se sospeche, porque no quede ningún vestigio a la vista.

En el ámbito de la divulgación, se plantea la integración de elementos tecnológicos para que los visitantes puedan contemplar diferentes aspectos de la torre y su contexto. Se trataría de herramientas de realidad aumentada, así como de visitas guiadas al yacimiento, promoción de esta fortaleza en redes sociales, la cartelería o incluso la creación de un logotipo o marca.