Lores Eternum la lía en el carnaval de Pontevedra: «La gente quería que el alcalde le diese latigazos al del PP»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Dos pontevedreses, Ana y Antonio, se convirtieron en el alcalde Miguel Anxo Fernández Lores y en el líder de la oposición, Rafa Domínguez.
Dos pontevedreses, Ana y Antonio, se convirtieron en el alcalde Miguel Anxo Fernández Lores y en el líder de la oposición, Rafa Domínguez. RAMON LEIRO

Ana y Antonio convirtieron al regidor pontevedrés en un faraón y a su principal opositor, Rafa Domínguez, en su esclavo. Su atrevimiento se llevó un buen premio

20 feb 2023 . Actualizado a las 19:25 h.

A Ana y Antonio, residentes en Pontevedra, de 38 años y amigos íntimos, les va lo de darles «zurras a los políticos». Por eso, desde que hace tres años debutaron como pareja en el entroido pontevedrés, siempre tiraron de sátira y se convirtieron en muñegotes de la clase gobernante. Fueron Abascal y Franco, mudaron en Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y este año decidieron barrer para casa; mirar hacia Pontevedra y a sus representantes municipales. Dicen que el anuncio de que Miguel Anxo Fernández Lores va a volver a ser el candidato del BNG tras 24 años como alcalde se lo puso en bandeja: «Pensamos que iba camino de la eternidad y que había que hacer algo», señala Antonio. Y, jugando precisamente con eso de la inmortalidad del alcaldable nacionalista, convirtieron a Lores en una suerte de Tutankamón; en un faraón llamado Eternum que salía y entraba del sarcófago para desgracia del líder del PP, Rafa Domínguez, que era su esclavo y tenía que cargar con todo su peso.

Antonio, animado bajo la máscara y tímido sin ella, se confiesa apolítico. Pero reconoce que le gusta sacar a pasear a los dirigentes en cuanto llega el entroido y hacerlo, como manda un buen disfraz, empujados por la actualidad. Por eso hace tres años, cuando se estaba a vueltas con la retirada de los restos de Franco del Valle de los Caídos, apostaron por esa temática, e incluso ofrecían propuestas para trasladar al dictador. En los siguientes carnavales, con el tándem de Pablo y Pedro en la Moncloa, decidieron tirar de una frase del presidente del Gobierno que se les había clavado en el alma: «Creímos que era hora de rescatar aquello que dijo Pedro Sánchez de que no iba a dormir tranquilo con Pablo Iglesias en el poder y, sin embargo, luego pactaron igualmente. Los metimos en una cama a los dos y así salimos», recuerda entre risas.

Y, este año, con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, les pareció que lo más oportuno era mirar a los candidatos locales. ¿Por qué convirtieron a Lores en un faraón y a Rafa en su esclavo? «Yo creo que es un poco metáfora de lo que hay. Lores lleva ahí muchísimos años, 24, tanto que ya parece inmortal. Y Rafa pues se presenta cargando con ese peso, de ahí que en la carroza también le hiciésemos tirar de Lores». Dicen que el público reaccionó bastante bien a su sátira, que el respetable se reía a rabiar viendo a sus líderes en esas lides. Y que le sorprendió una cuestión: «A Lores, como salía del sarcófago, le ovacionaron bastante. Y la gente animaba para que le diese con el látigo a Rafa Domínguez. Querían que le zurrase». ‘Dálle, dálle’ les escuchábamos decir», señala Antonio. Y Lores venga a zurrar.

Antonio y Ana no tuvieron problemas para repartirse los papeles. Como uno tenía que cargar con el otro, enseguida se decidió que por fuerza física Antonio sería Rafa y ella Lores. ¿Se parecen a ellos? Ana se ríe mientras disfruta del entroido de Laza, al que se marchó tras triunfar en el desfile del sábado en Pontevedra, y señala: «Mucho no creo que me parezca yo al alcalde, pero igual en ideología un poquito sí».

¿Qué les pareció a los políticos protagonistas de tal disfraz este atrevimiento? Pues a Rafa Domínguez no le debieron importar mucho los latigazos del alcalde, porque al término del desfile posó con su yo esclavo y subió incluso la fotografía a sus redes sociales. Con Lores, sin embargo, no coincidieron. Pero sí lo hicieron con una de sus manos derechas, la concejala Carme da Silva, que también quiso retratarse con esta pareja. Tuvieron ovación del respetable. Y del jurado, que les premió con 350 euros.