«El peor síntoma fue la fatiga, que arrastré varios meses. Me siento muy mejorado»

Cristina Barral Diéguez
Cristina Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Jesús Álvarez, vecino de Caldas de 70 años que tuvo covid persistente
Jesús Álvarez, vecino de Caldas de 70 años que tuvo covid persistente CAPOTILLO

Jesús Álvarez Álvarez, de 70 años, contrajo el covid a finales de enero del 2022

30 ene 2023 . Actualizado a las 10:25 h.

Jesús Álvarez Álvarez contrajo el covid a finales de enero del 2022. Este vecino del municipio de Caldas de Reis natural de La Robla, en la provincia de León, todavía es paciente de la consulta poscovid del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP). Aunque él no se siente así, técnicamente es un paciente con covid de larga duración o persistente, dice su neumólogo. A día de hoy lleva una vida prácticamente normal, aunque todavía sigue un tratamiento con corticoides para la fibrosis pulmonar que le quedó. Tiene 70 años y volviendo la vista atrás no sabe cómo contrajo el SARS-CoV-2. En su familia tuvieron el covid una hija y dos nietas. «Mi mujer si lo tuvo, no nos enteramos», explica.

Aunque Jesús tuvo un covid «moderado», desembocó en una neumonía y necesitó ingreso hospitalario en Montecelo, donde estuvo tres jornadas. La fatiga fue en su caso el síntoma más acusado y que arrastró varios meses. «El primer mes fui notando algo de mejoría, el segundo más, y estuve mal tres meses. Ahora para mí llevo una vida normal, aunque este viernes estuve en la consulta de neumología y el doctor me dijo que vamos a esperar un poco más para retirar el tratamiento con corticoides. Tomo cinco mililitros día sí día no». Con su edad, Jesús tiene claro que tener puestas las tres dosis de la vacuna frente al coronavirus hizo que su enfermedad no fuera más grave. «Posiblemente influyeran las vacunas, claro que sí, yo en estos temas voy al médico con todas las consecuencias y sigo todas las indicaciones», subraya.

Siempre con mascarilla

Este jubilado que tuvo una empresa de calderería en Caldas sigue sin saber dónde se pudo contagiar. Confiesa que siempre fue muy precavido. «Hace un año el rastreador me lo preguntó y le dije que no sabía. Siempre iba con mascarilla, hasta en el supermercado. Él mismo me dijo que no le diera más vueltas, que igual no lo iba a saber». Así que lo dejó estar.

Jesús es una persona que se cuida. Lo hace ahora, pero lo hacía antes del covid y mucho antes. Eso también cree que influyó, además de las tres dosis de la vacuna —la cuarta se la puso después—, en que su covid no tuviera peores consecuencias. Anda y monta en bicicleta a menudo. ¿Se atreve con las subidas? «Tengo una bicicleta de montaña. Bueno, la ruta que suelo hacer es por el Camino Portugués a Santiago, digamos que tiene algunos repechos y los supero sin problemas». También le gusta salir a caminar con su mujer.

A Jesús le cuesta verse como un paciente que tuvo covid de larga duración porque él se siente bien. «Veo casos en los medios de comunicación de gente que está muy mal, que tienen problemas de concentración o falta de memoria. Yo de eso ni tuve ni tengo nada. El peor síntoma fue la fatiga, que arrastré varios meses. Me siento muy mejorado», señala. Está contento y agradecido con la atención que recibió tanto durante su estancia en el hospital Montecelo como en la consulta poscovid. «No tengo ninguna queja. Me atendieron muy bien. El doctor Baloira es una persona muy atenta, agradable y, lo más importante, que se explica bien. Eso es de agradecer».

Unos 400 pacientes del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés pasaron por la consulta poscovid del CHOP

El primer caso de covid en el área sanitaria se diagnosticó el 8 de marzo del 2020. A los cuatro meses el servicio de neumología del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP) abría una consulta para el seguimiento de los pacientes dados de alta. Era telefónica para los enfermos que no habían necesitado ingreso, y presencial para los que sí se trataron en el hospital. Así se funcionó más de un año, hasta el Sergas reorganizó las consultas poscovid en Galicia.

Después del verano del 2021, se estableció en el CHOP la nueva consulta poscovid con una estructura oficial: los jueves en neumología para las patologías puramente respiratorias y los lunes, en medicina interna. El jefe de servicio de neumología, Adolfo Baloira, era el encargado de filtrar los pacientes. También se montaron unas teleconsultas con agenda específica para que desde atención primaria pudieran trasladar casos. En aquella época había unas tres diarias.

«Ha ido descendiendo y teleconsulta covid tenemos entre tres y cinco a la semana. En el caso de las presenciales, a través de la teleconsulta se hace la petición y se decide si vale la pena ver al paciente. Estamos teniendo un número muy pequeño», explica Baloira. El motivo es que hay pocos pacientes ingresados por covid. Los que lo requieren son inmunodeprimidos con las defensas bajas, a la espera de trasplantes o de hematología con tumores en la sangre (leucemias y linfomas). Al mes del alta, el paciente se ve en la consulta poscovid. Antes, entre el 40 y 50 % de los pacientes que veían en la consulta recibían el alta definitiva al mes y medio tras comprobar su estado con una radiografía de tórax, una espirometría y la mediación del oxígeno en sangre.

Desde neumología recalcan que el covid es una infección respiratoria aguda que en algunas personas se complica al producir una neumonía. «Las variantes de ahora son mucho menos pro neumonía y más de afectación a las vías aéreas superiores, garganta, laringe, nariz...». Estiman en 400 los pacientes que pasaron por la consulta poscovid desde el inicio. Tratan a algunas personas con síntomas persistentes tras el covid, por debajo del 10 % del total. «La mayor parte son del área psicosomática y el perfil que más vemos es el de una mujer de 20 a 40 años».