Repunte de ventas en Pontevedra: «Tenemos ganas de mucho brillibrilli después de dos años sin poder brillar»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Los comercios recuperan la actividad precovid para las fiestas navideñas

21 dic 2022 . Actualizado a las 14:28 h.

Han vuelto las cenas de Navidad y con ellas las reuniones familiares y de empresa, pero también los cotillones y los eventos. Es el primer diciembre sin restricciones y eso se nota en el consumo y en el ánimo de los clientes. A pesar de que el encendido navideño se retrasó hasta ayer con la oposición de cientos de comerciantes, el ambiente de compras va calando no solo en las compras de Papa Noel o Reyes, sino también en la venta de ropa, que ha incrementado su facturación respecto al último año. «Tenemos ganas de brillibrilli después de dos años sin brillar». La frase la dice Paula Vidal, responsable de Nalatcha, pero la suscriben el resto de emprendedoras que venden ropa de fiesta en una Navidad especial. «Queremos recuperar lo perdido», explica Cristina Quintana, de la tienda de moda Trulock. «Mi ropa es económica, pero se están llevando vestidos para cenas de empresa que antes eran para fin de año», añade ante un escaparate lleno de lentejuelas.

Basta con dar un paseo por el centro de la ciudad para ver esa vuelta a la normalidad que para estos negocios supone un ingreso extra. Virginia Pozo, diseñadora de la marca Cossy, contesta al teléfono desde Madrid, donde la firma tiene su base de operaciones, aunque su corazón es más que pontevedrés. «Este año se está vendiendo mucha lentejuela, terciopelo y vestido corto o con largo midi para poder aprovecharlo después o en próximos eventos», apunta Pozo, que hace una semana se casó con un jersey blanco de punto de cuello vuelto y una falda de grandes volúmenes y drapeados de su marca.

RAMON LEIRO

Consumo responsable

La diseñadora que viste en ocasiones a la reina Letizia cree que a pesar del aumento de las ventas de ropa de fiesta, se ha dado un paso hacia el consumo responsable. «Es cierto que se vende mucho más, en nuestro caso casi el doble que hace un año, pero los clientes buscan poder reutilizar las prendas, nos estamos habituando y reeducando a consumir de forma responsable, como lo hacemos en lo energético. Ya se piensa en que si no lo vas a usar mucho, no lo llevas», apunta Virginia, que calcula que sus clientas se gastan una media de 90 euros en alguna prenda, pero pueden rondar los 200 para un «total look» navideño.

En el escaparate de su tienda de Pontevedra lucen lentejuelas y terciopelo, los tejidos fetiches para esta fechas. En la acera de enfrente Paula Vidal y Paloma Covelo, de Magdalena Salá, se alían para hacer un vestuario completo a sus clientas. Una pone la bisutería y complementos y la otra, la ropa. «Se busca un toque de luz en pantalones, pendientes o en el top, necesitamos esa luz a todos los niveles, no solo en la iluminación navideña», explica Vidal Quinteiro, después de pasar dos años duros por la pandemia. «Para estas fiestas recomiendo un pantalón de lentejuelas con un jersey de punto que luego se pueda reutilizar», subraya esta emprendedora, que ha recuperado las ventas de cifras pre covid.

Sus clientas se gastan una media de 180 euros en el vestuario para las cenas de Navidad y la de empresa, con la condición de que puedas darle un segundo uso el resto del año. Marly Carballal, de Naualth, defiende esa teoría de consumo responsable a la que se unen estas comerciantes de Pontevedra. «Aconsejo no comprar el vestuario completo y revisar el armario para poder completar, aunque esto vaya contra mi beneficio», explica.

RAMON LEIRO

Las tiendas de ropa de fiesta de Pontevedra empiezan a respirar tranquilas esta Navidad después de un verano en el que han comenzado a hacer caja. La reubicación de tanta celebración aplazada por el covid les ha llevado a prolongar la campaña de bodas hasta este mes de diciembre.

Chelo Castro es una de las veteranas de la moda en Pontevedra. Al frente de la tienda Chamonix echa de menos el arreón de ventas que espera que llegue para la semana cuando regresen a la ciudad muchas jóvenes que viven fuera durante el curso escolar. «La gente tiene ganas de brillar más que nunca», insiste esta empresaria pontevedresa, que aguarda que a partir del encendido de ayer se anime la calle. Y las ventas.