La crisis se hace notar en Pontevedra en la venta de flores para Difuntos

La de ayer y hoy son dos jornadas marcadas en rojo en el calendario del sector de la venta de flores. A fin de cuentas, las festividades de Difuntos y Todos los Santos disparan las compras. Sin embargo, a decir de algunos de los vendedores del tradicional mercado que se habilita en la plaza de A Ferrería de Pontevedra, la crisis económica se percibe en dos aspectos muy concretos: el aumento de los precios de este producto y, al mismo tiempo, el aparente descenso de las ventas. En todo caso, mantienen su esperanza de que este lunes las compras remonten el vuelo.

Y es que, como si de una tormenta perfecta se tratase, el sector ha visto como sus costes se disparaban, ya no solo por el incremento de la inflación o las consecuencias de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, sino también por la sequía que ha generado un cierto desabastecimiento en distintos puntos del territorio nacional. En el caso concreto de la provincia de Pontevedra, en principio, la escasez de agua no se ha percibido con tanta intensidad por la prevalencia de flores autóctonas, pero sí que se ha notado por la presencia de algunas plagas en cultivos de invernadero. «Neste aspecto non estamos nin tan mal como no sur de España», remarcó uno de los vendedores de A Ferreiría, quien estimó que hasta no hace nada las ventas por Difuntos le suponía algo menos del 20 % de la facturación anual.

A toda esta coyuntura económica, los comerciantes pontevedreses añaden el alza de los precios de la electricidad y de los combustibles, así como que lo suyo es un mercado con marcada estacionalidad —los mejores meses son los de primavera y verano—. En este sentido, explican que un elevado porcentaje de las flores cortadas se conservan en cámaras frigoríficas, con lo que el incremento del precio de la luz ha repercutido directamente en este tipo de productos.

En cuanto al combustible, precisan que los costes vinculados al transporte de las mercancías se han incrementado considerablemente, lo que a su vez encarece los productos.

En todo caso, los vendedores consultados remarcan que no todo este incremento de gastos lo están repercutiendo en los consumidores. Así, explican que han optado, sí por subir precios —«non tíñamos máis remedio»—, pero no tanto como podrían, de tal modo que han visto como se reducían los márgenes de beneficios, «xa de por si pequenos».

Caída en el número de puestos

Este cúmulo de circunstancias ha tenido su reflejo en la caída en el número de vendedores que habitualmente se establecen en la plaza de A Ferrería. Así, mientras el Concello de Pontevedra ofertó cuarenta plazas, este domingo solo se cubrieron veinticuatro cuando hace un año fueron cerca de una treintena, mientras que hoy se espera que sean dos decenas —la mitad de las sacadas por el gobierno local—. Este lunes se habilitarán seis puestos de dos metros, nueve de cuatro, uno de seis, otro de diez y tres de ocho metros.

En cuanto a las variedades más demandadas, el crisantemo sigue siendo de las más solicitadas, pero también las margaritas, que se han encarecido considerablemente, las rosas, los claveles y las hortensias.

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