«Vuelven los calamares», el anuncio que anticipa el regreso del histórico Carabela en Pontevedra

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La cafetería de A Ferrería, que espera abrir en las próximas semanas, sufrió un gran cambio en la que no queda ningún recuerdo del anterior

19 oct 2022 . Actualizado a las 10:47 h.

Los papeles cubriendo las ventanas del Carabela crean expectación. No por lo que ocultan, sino por lo que muestran. Una frase basta para esperar su vuelta a la actividad tras medio año de obras. Los enormes ventanales que desde hace 76 años se abren a la plaza de A Ferrería están empapelados con una frase: «Vuelven los calamares». Ese anuncio escrito sobre los papeles que cubren los cristales dan un paso más hacia lo que ofrecerá uno de los cafés legendarios de la ciudad. A ese anuncio le sigue otro, el que confirma que se mantendrá el mismo nombre que pusieron en sus orígenes Manuel Alvariño y Serafín Fragueiro.

La gestión está desde hace casi un año en manos de unos nuevos inquilinos, que según fuentes próximas podrían reabrir el Carabela en las próximas semanas. Antes de noviembre, el histórico café de A Ferrería podría estar de nuevo en marcha para escribir una nuevo capítulo de su historia. El primero arrancó en 1946, apenas unos meses después de que acabase en Europa la Segunda Guerra Mundial.

Los obreros apuraban ayer los últimos retoques antes de echar a andar un proyecto que pondrá en marcha un grupo de hosteleros, según han explicado esas mismas fuentes. Por dentro es un local renovado, mientras la fachada seguirá intacta. No quedan los barcos dibujados en las mesas, ni la antigua barra que recorría el local, ni mucho menos el mural que se descubría en la parte superior desde 1965. Los propietarios atesoran esa pintura de Conde Corbal en una de sus viviendas. Está protegida para que no sufra daños.

Cuando se retiró de la cafetería, el Concello de Pontevedra comprobó que no estaba catalogado dentro del Plan Especial de Protección, Reforma Interior e Conservación do Conxunto Histórico-Artístico (Peprica). Los dueños dicen que hicieron una propuesta al Museo de Pontevedra, pero por el momento lo siguen conservando ellos, a la espera de que se abra el nuevo Carabela. Desde el Museo se ofrecieron a hacer una valoración, pero aseguran que no llegaron a recibir una propuesta en firme. Lo único que no quieren los propietarios es repartirlo entre ellos y que por tanto pierda su valor cultural. «De momento no se lo llevó el Museo, lo tenemos nosotros», apuntaba ayer uno de los dueños del bajo.

No descartan que la pieza pueda recuperarse en la renovada cafetería, así que por el momento han decido esperar a que abra sus puertas. El Carabela ya es otro. Cualquiera que entre no se va a encontrar con la esencia del antiguo café y sí con un local con baldosa hidráulica, madera y muy luminoso. Los últimos ajustes esperan estar rematados para que en unos días pueda comenzar con la limpieza y la llegada del resto de mobiliario. La idea con la que nace es la de recuperar la esencia que hizo popular al Carabela en sus primeras décadas.

De los calamares a la tertulia

Desde que en 1954 cerró el restaurante, funcionó solo como cafetería convirtiendo las raciones de calamares en su plato estrella. En estas casi ocho décadas de historia, además de por su cocina, era conocido más allá de Pontevedra por la tertulia cultural que todos los sábados reunía al arquitecto César Portela, el abogado Modesto Barcia, el historiador Xosé Fortes y el jurista Luciano Varela. En esas mesas con sillones corridos bajo sus ventanas se reunieron cada sábado entre septiembre y junio durante más de veinte décadas. Por este local pasó buena parte de la vida social y cultural de la ciudad hasta que hace un par de años cerró sus puertas y la plaza perdía parte de su esencia.

La joven hostelera Miriam Baeza tuvo un intento de recuperar el negocio antes de la pandemia, pero apenas lo mantuvo abierto doce meses. Tras ese breve episodio, a principio de año un grupo de profesionales del sector comenzaron las obras de un local que todavía tiene más enigmas que certezas. Lo único que se sabe con seguridad es que conservará el mismo nombre que tuvo desde sus inicios y retomará el servicio con uno de los platos estrella que le dieron la fama.