Pilar Bernárdez: «Al principio me bloqueé, ahora veo la vida de otra manera»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Pilar Bernárdez Tato, este martes en Pontevedra, sonríe mientras muestra una bolsa de Adicam, la asociación que la arropó durante y después del cáncer
Pilar Bernárdez Tato, este martes en Pontevedra, sonríe mientras muestra una bolsa de Adicam, la asociación que la arropó durante y después del cáncer CAPOTILLO

El diagnóstico de su cáncer de mama doble negativo le llegó en plena pandemia. Lo peor fue la quimio, y lo mejor, la asociación Adicam

19 oct 2022 . Actualizado a las 10:44 h.

A Pilar Bernárdez Tato le diagnosticaron un cáncer de mama doble negativo en plena pandemia. Tenía 57 años. Fue un 16 de junio del 2020 y el 2 de julio la operaron. Este martes, víspera del Día Mundial del Cáncer de Mama, recordaba en Pontevedra cómo empezó todo. Un sábado por la noche se estaba depilando las axilas y observó que tenía un pecho asimétrico. No le dio importancia porque tenía hígado graso y lo asoció entonces a que había adelgazado. Su hijo estaba estudiando Medicina y se lo comentó. A los tres días, fue a verlo a su casa y le preguntó: «Mamá, ¿quieres que te examine?».

«Me notó un bulto, pero como hace once años había tenido quistes benignos en una mama tampoco me preocupé». Su hijo le dijo que contactara de inmediato con su médica de cabecera —en pandemia no se podía acudir al centro de salud sin cita— y en seguida se puso en marcha todo el proceso. Afortunadamente fue rápido, cuestión de quince días. Pilar se emociona al recordar la confirmación del diagnóstico tras la mamografía, ecografía y biopsia. «Me dijeron ‘tiene usted un cáncer y es malo’. Me bloqueé, no escuchaba». Como le tocó uno invasivo los médicos querían explorar con pruebas la otra mama, también afectada.

Es una persona sociable y positiva y no pensaba en ella. «Yo pensaba en mi hermana Pura, con síndrome de Down y de la que soy tutora, pensaba en ella y en mis hijos, y en que iba a necesitar una sustituta en mi trabajo —cuida a personas mayores—». Finalmente, su cáncer fue el doble negativo y pudo conservar los ganglios. Asimiló su enfermedad y la afrontó de la mejor forma que pudo. Lo peor no fue el cáncer, asegura, fue la quimio.

«No tuve vómitos, pero sí dolor. Los efectos fueron tan fuertes que me dañó el sistema nervioso y todas las mucosas del cuerpo. Estaba tan débil y con la tensión tan baja que decidieron suspender las dos últimas sesiones que recibía en el Provincial», relata. Necesitó transfusiones de sangre. Con ese panorama, no quería radiarse en Vigo. Las didácticas explicaciones del doctor Jorge Cameselle, que colabora con la asociación Adicam, la hicieron cambiar de opinión. A los diez meses una mancha en el hígado desató las alarmas, pero era un efecto de la radio. Pidió el alta y volvió al trabajo. Cada seis meses tiene revisión. «Me aparecieron dos nódulos en el pecho derecho y hay que ver cómo evolucionan. De momento los marcadores dan bien y me dicen que puede ser tejido muerto».

No pierde la sonrisa. Pilar, natural de San Xurxo de Sacos (Cotobade), dice que una de las cosas buenas del cáncer fue conocer Adicam y entrar a formar parte de esa familia donde «la gente se dedica a ti de verdad, con empatía». Un cartel que vio su hijo en la primera sesión de quimio fue el detonante. Pilar subraya que cada persona encara el cáncer de una manera, ella no quiso ni prótesis ni peluca. «Dentro de lo malo, el canalillo lo conservo», bromea, mientras recuerda lo mal que lo pasan las familias. «Mi hija, que es peluquera, me rapó. Decía que fue el peor día de su vida y que se raparía ella mil veces antes que a mí». Coincide en que después de un cáncer se le ve la vida de otra manera, aunque ya no sea «el culo inquieto» que era antes. Disfruta leyendo y caminando con música y remacha que la investigación tiene que seguir avanzando.

Treinta cánceres se diagnosticaron en lo que va de año gracias al programa de cribado 

Treinta casos de cáncer de mama se diagnosticaron en lo que va de año gracias al programa de detección precoz de este tumor. En la Unidade de Exploración de Pontevedra se examinó entre enero y septiembre del 2022 a 8.304 mujeres de 50 a 69 años, lo que representa un 82 % de la población diana del programa de cribado. De esas más de ocho mil mujeres, más de 200 fueron posteriormente remitidas a una unidad de diagnóstico y tratamiento para completar pruebas, que confirmaron en esos 30 casos un cáncer de mama.

En el distrito sanitario de O Salnés, el programa se detección precoz se puso en marcha el pasado 6 de octubre. Según el Sergas, entre octubre de este año y diciembre del 2023 prevé explorar a 9.500 mujeres, lo que supone cerca del 85 % de la población diana en esta comarca. El objetivo es que afloren hasta 31 patologías malignas.

La infraestructura asistencial del Programa de Detección Precoz do Cancro de Mama en la provincia cuenta con unidades de exploración en el centro de salud de A Parda, en Pontevedra; en el Hospital do Salnés, en Vilagarcía; y en el Hospital do Meixoeiro, en Vigo, donde se realizan las pruebas mamográficas. El diagnóstico precoz aumenta hasta el 90 % las posibilidades de curación, según Sanidade.